joaquín escriche martin - Centro de Estudios del Jiloca
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sus buenas dotes intelectuales y morales, afianzadas por la seriedad con que tomaba su<br />
vocación a la santidad, hicieron concebir a sus superiores las mejores esperanzas.<br />
Recibió la or<strong>de</strong>nación sacerdotal en Onteniente el 21 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1910, realizando su<br />
primera misa rezada en Monreal <strong>de</strong>l Campo y la primera solemne en Torrijo <strong>de</strong>l Campo.<br />
Este mismo año sería enviado a Roma para ampliar estudios <strong>de</strong> Sagrada Escritura en el<br />
Colegio Internacional Franciscano con el P. Serafín Cimiano. En 1913 obtuvo el título <strong>de</strong><br />
Lector General <strong>de</strong> esta especialidad con nota <strong>de</strong> "Summa cum Lau<strong>de</strong>".<br />
Su regreso a la Provincia coincidió con una nueva estructuración <strong>de</strong> los estudios.<br />
Filosofía y Teología se reunían en Beniganim bajo un solo maestro y un compacto<br />
profesorado. A los cursos diseminados por los conventos con profesores y maestros<br />
improvisados, seguía una organización seria <strong>de</strong> los años <strong>de</strong> formación. A su realización<br />
cooperó eficazmente el nuevo Lector General.<br />
En consecuencia, el coristado vivió una época <strong>de</strong> renovación cultural y <strong>de</strong> fervor<br />
espiritual. Este último vino a acentuarse con un fenómeno fortuito que llegó a ser aciago<br />
para el coristado y para la misma Provincia, en la que se engendró una honda división.<br />
Era lógico que el P. León, dada su propensión espiritual, sintiera simpatía por una<br />
orientación formativa que producía a ojos vistas frutos <strong>de</strong> <strong>de</strong>voción; aunque, llevado <strong>de</strong><br />
su temperamento equilibrado, supo evitar extremos y huir <strong>de</strong> apasionamientos<br />
perniciosos. De ahí que, cuando en 1918 se tomaron medidas drásticas para sofocar el<br />
germen <strong>de</strong> división introducido en la Provincia, el Lector <strong>de</strong> Torrijo pudiera continuar<br />
formando parte <strong>de</strong>l cuerpo docente y dando clase a los teólogos.<br />
Cuando en 1920, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la guerra europea, se abrió <strong>de</strong> nuevo en Roma el Colegio<br />
Internacional Franciscano, el P. Villuendas fue llevado para explicar la cátedra <strong>de</strong><br />
exégesis <strong>de</strong>l Antiguo Testamento en la Facultad <strong>de</strong> Sagrada Escritura. En 1926 el<br />
prestigio moral conseguido, hizo converger sobre su persona la mirada <strong>de</strong>l P. General <strong>de</strong><br />
la or<strong>de</strong>n para cubrir el puesto <strong>de</strong> Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Colegio, uno <strong>de</strong> los cargos <strong>de</strong> mas<br />
responsabilidad en la familia seráfica. Con todas las garantías lo <strong>de</strong>tentó, y los<br />
estudiantes <strong>de</strong> aquella época recuerdan al torrijano como prototipo <strong>de</strong> rectitud. Los años<br />
<strong>de</strong> su mandato han pasado a la historia <strong>de</strong>l Colegio como años <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n y <strong>de</strong> buen<br />
gobierno. Pero veamos algunas cualida<strong>de</strong>s mas <strong>de</strong> su forma <strong>de</strong> ser y <strong>de</strong> actuar:<br />
"El P. León era autoritario, pero sin arbitrarieda<strong>de</strong>s ni extemporáneas imposiciones, con<br />
un sentido muy humano <strong>de</strong> la autoridad. Aún mas. Entendía el arte <strong>de</strong> exigir el<br />
cumplimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber con gracejo, <strong>de</strong> imponerse con cordialidad. No temía hablar<br />
claro en las altas esferas. Los súbditos sabían que sus ór<strong>de</strong>nes eran inapelables, pero<br />
que tenían en él su mas firme protector. De hecho, <strong>de</strong>fendió siempre al súbdito que<br />
tenía razón, sin miramientos <strong>de</strong> personas y sin consi<strong>de</strong>ración a su propio prestigio<br />
personal, <strong>de</strong> la misma manera que <strong>de</strong>fendía el principio <strong>de</strong> autoridad, y la observación<br />
regular, y la disciplina. No cedía fácilmente ante las exigencias <strong>de</strong> la ley; pero ante la<br />
<strong>de</strong>bilidad humana se mostraba hondamente comprensivo y casi excesivamente paterno.<br />
Y cuando intuía que el camino emprendido era equivocado, lograba con agudo donaire y<br />
con una sabrosa ocurrencia <strong>de</strong>sinflar la situación violenta y aflojar la tensión creada".<br />
"Lleva en su rostro impresas las huellas <strong>de</strong>l sol ardiente <strong>de</strong> Palestina"<br />
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