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Técnico Superior Sanitario <strong>de</strong> Laboratorio <strong>de</strong> Diagnóstico Clínico<br />
Un hombre <strong>de</strong> veinticinco años no <strong>de</strong>be ser llamado "niño". El habitualmente se ha ido <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong><br />
los padres y trabaja en un cetro como adulto. El probablemente esta capacitado para respon<strong>de</strong>r preguntas<br />
relacionadas con su salud y se le <strong>de</strong>be dar la oportunidad <strong>de</strong> hacerlo. El es un adulto y <strong>de</strong>be ser tratado como<br />
tal. Los procedimientos médicos se le <strong>de</strong>ben explicar en lenguaje apropiado y los consentimientos <strong>de</strong>ben ser<br />
obtenidos <strong>de</strong> la manera usual.<br />
La cantidad <strong>de</strong> información científica acerca la fertilidad en hombres con el síndrome está limitada. Hay<br />
siquiera dos casos documentados en que la paternidad <strong>de</strong> un hombre con dicho síndrome fue confirmada. Es<br />
probable que se presenten casos adicionales, especialmente en cuanto mas hombres tengan la oportunidad <strong>de</strong><br />
vivir en la comunidad y <strong>de</strong>sarrollar relaciones intimas. No se sabe si los hijos <strong>de</strong> hombres con el síndrome<br />
Down son más propensos a tener dicho síndrome u otras anomalías. Lo que sí parece claro es que, en general,<br />
hombres con el síndrome Down tienen un índice <strong>de</strong> fertilidad mas bajo que el <strong>de</strong> otros <strong>de</strong> su edad. La fertilidad<br />
<strong>de</strong> un individuo pue<strong>de</strong> evaluarse con un análisis <strong>de</strong>l semen, pero tal vez no sean <strong>de</strong>finitivos los resultados. Por<br />
esta razón, si una pareja <strong>de</strong>sea prevenir el embarazo, <strong>de</strong>be usar anticonceptivos siempre<br />
Las mujeres con síndrome <strong>de</strong> Down son fértiles. La menstruación en las niñas no es diferente a la <strong>de</strong><br />
sus compañeras <strong>de</strong> la población general. En promedio, comienzan su menstruación a la edad <strong>de</strong> 12 y medio,<br />
pero pue<strong>de</strong>n comenzar tan temprano como a los 10 o tardarse hasta los 14 años. La mayoría <strong>de</strong> las niñas con<br />
el síndrome Down tienen ciclos regulares con las mismas irregularida<strong>de</strong>s menores que se presentan en su<br />
grupo generacional. Cambios en un ciclo previamente regular pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>berse al proceso normal <strong>de</strong> la<br />
maduración física, o pue<strong>de</strong> ser señal <strong>de</strong>l comienzo <strong>de</strong>l hipertiroidismo. Irregularida<strong>de</strong>s persistentes <strong>de</strong>l ciclo<br />
menstrual exigen un examen médico.<br />
La <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> una persona que tiene síndrome <strong>de</strong> Down se ajusta a las predicciones teóricas,<br />
puesto que aproximadamente el 50% <strong>de</strong> sus hijos son normales, y el otro 50% es trisómico por transmisión <strong>de</strong><br />
un cromosoma 21 exce<strong>de</strong>nte.<br />
El viejo término "mongolismo" (alguna vez utilizado para referirse a <strong>este</strong> trastorno) refleja el aspecto en<br />
cierto modo oriental <strong>de</strong>l semblante que producen los pliegues epicánticos característicos y las fisuras<br />
palpebrales "achinadas". En la actualidad, el término se consi<strong>de</strong>ra inapropiado y no <strong>de</strong>bería utilizarse.<br />
El retraso mental es el signo mayor en el síndrome <strong>de</strong> Down. Tal como en la población normal, hay<br />
gran variedad en cuanto al nivel <strong>de</strong> las habilida<strong>de</strong>s mentales, comportamiento, y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los individuos<br />
con síndrome <strong>de</strong> Down. Aunque el grado <strong>de</strong> retraso pue<strong>de</strong> variar entre leve y severo, la mayor parte <strong>de</strong> los<br />
individuos con síndrome <strong>de</strong> Down caen bajo la categoría <strong>de</strong> leve a mo<strong>de</strong>rado y los estudios sugieren que, con<br />
la intervención a<strong>de</strong>cuada, menos <strong>de</strong>l 10 por ciento <strong>de</strong> ellos tendrá un retraso mental grave. No hay manera <strong>de</strong><br />
pre<strong>de</strong>cir el <strong>de</strong>sarrollo mental <strong>de</strong> un niño con síndrome <strong>de</strong> Down en función <strong>de</strong> sus características físicas.<br />
Usualmente los adultos tienen un coeficiente intelectual (CI) <strong>de</strong> 25 a 50, pero se consi<strong>de</strong>ra que el nivel<br />
alcanzable pue<strong>de</strong> variar <strong>de</strong> acuerdo con los estímulos que recibe <strong>de</strong> sus familiares y <strong>de</strong> su entorno.<br />
Esta discapacidad intelectual es consecuencia <strong>de</strong> la disgenesia o alteración <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo, que en <strong>este</strong><br />
caso concierne al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l cerebro. Pero el cerebro no es un órgano cualquiera que posea unas células<br />
igualitas, pegadas unas a otras. El cerebro es el órgano <strong>de</strong> estructura más compleja <strong>de</strong> todo el organismo.<br />
Posee un tipo <strong>de</strong> célula fundamental, la neurona, aparte <strong>de</strong> otras complementarias, la neuroglia. Pero las<br />
neuronas son tan diferentes entre sí y, sobre todo, muestran tal disparidad en su ubicación, en su actividad, en<br />
sus funciones y en su capacidad <strong>de</strong> conectarse unas con otras, que solamente se entien<strong>de</strong> la formación <strong>de</strong>l<br />
cerebro (su organogénesis) si aceptamos la existencia <strong>de</strong> unos mecanismos <strong>de</strong>licadísimos y armoniosos que<br />
regulen la formación <strong>de</strong> las neuronas, su capacidad <strong>de</strong> migrar, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> <strong>de</strong>splazarse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el sitio en que<br />
nacen hasta el lugar en don<strong>de</strong> han <strong>de</strong> quedar finalmente ubicadas, y su capacidad <strong>de</strong> diferenciarse, es <strong>de</strong>cir,<br />
<strong>de</strong> adoptar sus características <strong>de</strong>finitivas. Es por ello imposible que exista un solo cromosoma humano cuyos<br />
genes intervengan en el mantenimiento <strong>de</strong> ese <strong>de</strong>sarrollo armónico <strong>de</strong>l cerebro. Por eso, la ausencia <strong>de</strong><br />
cualquiera <strong>de</strong> ellos o la presencia <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> más (como es el caso <strong>de</strong> la trisomía <strong>de</strong>l par 21 o síndrome <strong>de</strong><br />
Down) in<strong>de</strong>fectiblemente redunda en una alteración <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l cerebro y en la consiguiente aparición <strong>de</strong><br />
la discapacidad intelectual.<br />
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Ahora bien, conviene tener muy en cuenta varios principios.<br />
a) La intensidad <strong>de</strong> la alteración <strong>de</strong>l cerebro en una <strong>de</strong>terminada persona no guarda relación con la que<br />
pueda aparecer en cualquier otro <strong>de</strong> sus órganos. Es <strong>de</strong>cir, una persona pue<strong>de</strong> tener unos rasgos faciales muy