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Técnico Superior Sanitario <strong>de</strong> Laboratorio <strong>de</strong> Diagnóstico Clínico<br />
Como ya hemos dicho, existe una enorme variabilidad entre las personas con síndrome <strong>de</strong> Down en<br />
cuanto al número <strong>de</strong> funciones cerebrales afectadas y en cuanto a la intensidad <strong>de</strong> esta afectación.<br />
Lógicamente, se hace preciso analizar cuáles son los puntos más débiles en una persona concreta para po<strong>de</strong>r,<br />
en cambio, <strong>de</strong>sarrollar otras posibilida<strong>de</strong>s. La Atención temprana trata, precisamente, <strong>de</strong> compensar y superar<br />
estas limitaciones, <strong>de</strong> aprovechar a tiempo la plasticidad neuronal, <strong>de</strong> extraer al máximo lo que la realidad<br />
<strong>genética</strong> <strong>de</strong> ese individuo permita.<br />
Y así, si la información auditiva <strong>de</strong>ja menos huella o es menos eficaz que la visual, habrá que<br />
aprovechar la visual, o habrá que combinar ambas. Esa labor ha <strong>de</strong> ser constante, paciente y, sobre todo,<br />
creativa, ajustada a la auténtica realidad que tenemos en ese bebé o ese niño. La respuesta será variable en<br />
una misma persona: habrá épocas en que el avance sea rápido y tangible; otras, en cambio, mostrarán un<br />
estancamiento <strong>de</strong>sesperante. Pero si se trabaja sin <strong>de</strong>sánimo, siempre habrá avance. La capacidad <strong>de</strong><br />
apren<strong>de</strong>r no cesa ni a los 15, ni a los 20, ni a los 30 años. Y las oportunida<strong>de</strong>s se aprovechan mejor cuando se<br />
está cerca, cuando se está conviviendo, cuando se observa con inteligencia, con picardía. Los profesionales<br />
cumplen el gran papel <strong>de</strong> saber analizar, interpretar, aconsejar. La aplicación <strong>de</strong> las recetas y hasta la<br />
posibilidad <strong>de</strong> adaptarlas recaen en los gran<strong>de</strong>s protagonistas <strong>de</strong> la educación <strong>de</strong> las personas con síndrome<br />
<strong>de</strong> Down: quienes con ellas más conviven.<br />
Por lo general, los niños con síndrome <strong>de</strong> Down pue<strong>de</strong>n hacer la mayoría <strong>de</strong> las cosas que hace<br />
cualquier niño, como caminar, hablar, vestirse e ir solo al baño. Sin embargo, generalmente comienzan a<br />
apren<strong>de</strong>r estas cosas más tar<strong>de</strong> que otros niños.<br />
No pue<strong>de</strong> pronosticarse la edad exacta en la que alcanzarán estos puntos <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sarrollo. Sin<br />
embargo, los programas <strong>de</strong> intervención temprana que se inician en la infancia pue<strong>de</strong>n ayudar a estos niños a<br />
alcanzar antes los diferentes sucesos propios <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo.<br />
Una persona con síndrome <strong>de</strong> Down es una persona como cualquier otro con un par <strong>de</strong> problemas<br />
adicionales que <strong>de</strong>be enfrentar. Y a veces -igual que tú- lo que necesita es una mano amiga y unas palabras <strong>de</strong><br />
ánimo.<br />
Se ha observado que los individuos que superan la edad <strong>de</strong> 35 años <strong>de</strong>sarrollan en el cerebro el mismo<br />
tipo <strong>de</strong> placas seniles y <strong>de</strong> nudos neurofibrilares microscópicos anormales que las personas que mueren por la<br />
enfermedad <strong>de</strong> Alzheimer, la forma más frecuente <strong>de</strong> <strong>de</strong>mencia presenil.<br />
El promedio <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> los individuos afectados, gracias a los a<strong>de</strong>lantos <strong>de</strong> la atención médica, se ha<br />
pasado <strong>de</strong> los 9 años <strong>de</strong> vida media en 1929 a por ejemplo los 30 años en 1980. La supervivencia <strong>de</strong> los<br />
pacientes <strong>de</strong> DS <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> básicamente <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong> las malformaciones viscerales que pue<strong>de</strong>n tener.<br />
Estas malformaciones <strong>de</strong>terminan el fallecimiento <strong>de</strong> muchos en los primeros años, <strong>de</strong> modo que los mayores<br />
<strong>de</strong> 5 años tienen expectativas <strong>de</strong> vida razonablemente largas. Actualmente, un 25% alcanza la edad <strong>de</strong> 50<br />
años<br />
El síndrome <strong>de</strong> Down no lo causa algo que hacen la madre o el padre antes <strong>de</strong> que nazca el niño.<br />
Cualquiera pue<strong>de</strong> tener un niño con síndrome <strong>de</strong> Down. Pero cuanto mayor sea la madre, mayor es el riesgo<br />
<strong>de</strong> tener un bebé con síndrome <strong>de</strong> Down.<br />
A lo largo <strong>de</strong> la historia mas reciente diversas teorías han sido propuestas para explicar la aparición <strong>de</strong><br />
individuos afectados con el síndrome <strong>de</strong> Down: hasta 1909 se atribuía la aparición <strong>de</strong>l síndrome por<br />
malformaciones <strong>de</strong> las glándulas endocrinas, o porque los progenitores estaban afectados por tuberculosis o<br />
sífilis. En 1909, tras la observación <strong>de</strong> que un número importante <strong>de</strong> niños con síndrome <strong>de</strong> Down eran los<br />
últimos vástagos <strong>de</strong> familias numerosas, se sugirió que era consecuencia <strong>de</strong>l "agotamiento uterino" (G. E.<br />
Shuttleworth).<br />
En 1930, Adrian Bleyer y P. J. Waar<strong>de</strong>nburg observaron el comportamiento anómalo <strong>de</strong> los<br />
cromosomas <strong>de</strong> la planta llamada primavera tardía, en la que una separación incorrecta <strong>de</strong> los cromosomas<br />
provocaba la aparición <strong>de</strong> individuos estériles con 15 cromosomas (en lugar <strong>de</strong> los 14 normales). Se sugirió por<br />
primera vez que el síndrome <strong>de</strong> Down podría estar relacionado con la no disyunción (la no disyunción es el<br />
fracaso en la separación <strong>de</strong> los cromosomas durante la meiosis).<br />
En 1950 se <strong>de</strong>terminó que el número normal <strong>de</strong> cromosomas en el hombre es <strong>de</strong> 46 (Joe Hin Tjio y<br />
Albert Levan) y se verificó la relación entre síndrome <strong>de</strong> Down y no disyunción. La observación <strong>de</strong> cariotipos <strong>de</strong><br />
individuos con síndrome <strong>de</strong> Down (Jerôme Lejeune, Marthe Gauthier y Raymond Turpin) <strong>de</strong>terminó que la<br />
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