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shogren-comentario-sobre-1-corintios

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¿Por qué no discernimos más En muchos casos, debido a la impaciencia de la iglesia<br />

para juzgar la profecía o a la falta de voluntad para hacerlo. En ese caso, cae en un área<br />

sombría: la acepta a medias pero, por otra parte, no confía en su autenticidad. Esta es la<br />

razón por la cual muchos mensajes proféticos, que abruman e impresionan cuando se<br />

pronuncian, se olvidan en pocas horas: es que la gente no salió del culto realmente<br />

convencida de que Dios había hablado. Las iglesias ni siquiera comienzan a pensar en<br />

términos de si la profecía es verdadera o falsa. La profecía trasciende las categorías<br />

normales de lo verdadero y lo falso. Esto sucede, creemos, porque la iglesia ha visto<br />

demasiadas profecías aceptadas como verdaderas pero que eran claramente falsas en su<br />

contenido. Quizá, comienzan a pensar los cristianos, no deberíamos tomar las profecías<br />

tan literalmente sino provechosas simbólicamente.<br />

¿Cuáles son las señales de una falta de discernimiento<br />

1. Cuando los profetas anuncian “así dice el Señor” y esa declaración no se examina<br />

2. Cuando la gente desea comparar la profecía con la Biblia o con otra verdad conocida,<br />

eso implica que es rebelde o frío<br />

3. Cuando una profecía no se cumple, nadie alude a ella; la iglesia tiene una memoria<br />

corta<br />

4. Cuando nadie nota las contradicciones entre una palabra profética y el carácter moral<br />

del profeta<br />

5. Cuando las palabras proféticas que adminiculan la estructura de poder en la iglesia se<br />

reciben muy bien; las que no, se ignoran<br />

6. Cuando las palabras proféticas que hacen que el profeta consiga estatus para él o<br />

para sus amigos son bienvenidas; las que no, se ignoran<br />

7. Cuando no hay suficiente espacio entre el final de la profecía y el anuncio de que<br />

ciertamente viene de Dios<br />

Los ejemplos más claros de profecía en el NT corresponden a Agabo y al apóstol Pablo<br />

mismo. Agabo, en Hechos 11:27-28, predijo una hambruna mundial. El autor de Hechos,<br />

escribiendo unos años después, comenta en un apartado que esta hambruna de veras<br />

ocurrió durante el reinado de Claudio (emperador en los años 41 a 54 d. C.). Él mismo<br />

predijo más adelante, en Hechos 21:10-11, que Pablo sería arrestado en Jerusalén por<br />

los judíos y entregado a los romanos. 390 Una de las profecías de Pablo se halla en<br />

Hechos 27:21-26, en la cual abundan los detalles específicos: el barco encallaría en una<br />

isla y se destruiría; no obstante, todos los pasajeros <strong>sobre</strong>vivirían; más tarde, Pablo<br />

comparecería frente a César en Roma.<br />

Ambos pronunciaron profecías que fueron:<br />

1. Inequívocas. En ningún caso la profecía no se cumplió y entonces el profeta dijo,<br />

“bueno, es que yo oré y el rumbo del evento cambió”; o, “esto pudo haber pasado o<br />

hubiera pasado si se hubieran dado otras condiciones.”<br />

390 Conozco bien el estudio de Wayne Grudem en El don de profecía, tr. M. Cristina Kunsch de Sokoluk,<br />

Vida, Deerfield, FL, 1992, que da la apariencia de que a la profecía de Agabo le faltan ciertos detalles, pero<br />

no estoy convencido de que haya probado su punto.

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