shogren-comentario-sobre-1-corintios

B. Exhortación final 16:13-14
De nuevo, muchas cartas y la mayoría de las epístolas corintias finalizan con una lista de
ruegos concisos que recapitulan el punto principal de la carta (cf. especialmente 1
Tesalonicenses 5:14-22). En este caso, Pablo no repite como un loro 1 Corintios 1:10 sino
que emplea otro lenguaje: Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean
valientes y fuertes encaja bien con todo lo anterior mencionado en la epístola. No solo
una alerta moral, sino también un fuerte compromiso con la fe – ¡incluyendo la fe en la
resurrección! – son necesarios. Encaja aún más Hagan todo con amor.
C. Recomendaciones 16:15-18
Muchas cartas griegas y romanas contenían recomendaciones para los portadores de la
carta o para otras personas a las cuales el autor quería apoyar. Estéfanas, Fortunato y
Acaico se recomiendan porque habían hecho un viaje para ver a Pablo; habían ayudarlo
mientras estaban allí; y ahora volvían a una iglesia a menudo desorganizada. No sabemos
mucho de ellos, salvo que Pablo había bautizado a los de la casa de Estéfanas (1
Corintios 1:16) y que en efecto ellos fueron los primeros convertidos de Acaya
(literalmente, “las primicias”). No fueron los primeros creyentes, los cuales estaban en
Atenas (Hechos 17:34), sino del primer grupo de creyentes de Acaya. Además de esas
experiencias dignas de mención, ellos se han dedicado a servir a los creyentes.
No podemos en la actualidad saber qué parte tuvieron ellos en los distintos partidos de la
iglesia corintia. No se nos dice qué clase de regaño o de afirmación Pablo les hizo en su
cara, ni quedan claras las reprimendas o las afirmaciones implícitas para todos en esta
carta. Solo sabemos que Pablo los encontró a ellos dignos colaboradores y siervos en el
evangelio y dignos de su fuerte recomendación. La redacción probablemente sugiere que
los tres iban a regresar a Corinto ahora con esta carta.
En ningún lugar en las cartas corintias pablo habla de pagarles un salario a los líderes; la
colecta es para los de Jerusalén, no para la iglesia local. De hecho, los líderes y
ciertamente los benefactores de las iglesias en las casas probablemente tenían más dinero
que los miembros en general. Pero aquí aparece una súplica general para los corintios a
favor de la casa de Estéfanos lo cual podría incluir tal clase de ayuda.
D. Saludos secundarios 16:19-20
Las cartas griegas y romanas a menudo terminaban con “saludos secundarios,” es decir,
saludos de otra gente (ver ejemplo arriba). Pablo aquí usa dos veces el verbo
convencional para saludar, aspazomai. Quienes desean que los corintios los recuerden
son, impresionantemente, no solo los cristianos alrededor de Pablo sino las iglesias de la
provincia de Asia. Con cuánta frecuencia los corintios trataron de ser su propio nexo
espiritual aislado, peleando sus propias batallas internas y creyendo que podían pasar por