09.05.2013 Views

Clifford D. Simak - Edocr

Clifford D. Simak - Edocr

Clifford D. Simak - Edocr

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El hombre y el marciano callaron, observando el lago y las<br />

montañas. Vino un pájaro, y se<br />

posó en un árbol retorcido, y cantó. Unas nubes oscuras se apilaron<br />

detrás de los<br />

montes, y los picos cubiertos de nieve se alzaron como piedras<br />

esculpidas. El sol se<br />

hundió en un lago escarlata y poco después pareció convertirse en<br />

una brasa débil.<br />

Se oyó el golpe de una puerta y Webster se movió en la silla, vuelto<br />

repentinamente a la<br />

realidad y al estudio.<br />

Juwain ya no estaba. El viejo filósofo había consentido en pasar una<br />

hora de<br />

contemplación en compañía del terrestre y luego se había<br />

desvanecido.<br />

Volvió a oírse aquel golpe.<br />

Webster se inclinó hacia adelante, movió una llavecita y las<br />

montañas desaparecieron. La<br />

habitación volvió a ser una habitación. La luz crepuscular se filtraba<br />

por los altos<br />

ventanales y el fuego de la chimenea era un resplandor rosado.<br />

—Adelante —dijo Webster.<br />

Jenkins abrió la puerta.<br />

—La cena está lista, señor —dijo.<br />

38<br />

—Gracias, Jenkins —dijo Webster. Se incorporó con lentitud.<br />

—Su lugar, señor —dijo Jenkins—, está ahora en la cabecera de la<br />

mesa.<br />

73

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!