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PABLO, SU HISTORIA<br />
lado del golfo Sarónico. La sola mención de que aquella<br />
ciudad podía ser más próspera que su vecina volvía verdes<br />
de envidia a los atenienses. En el siglo IV a.C, los autores<br />
atenienses aliviaban su melancolía haciendo juegos de<br />
palabras con el nombre de la ciudad vecina. El nombre<br />
servía para expresar diversos aspectos del «negocio del<br />
amor»: por ejemplo, korinthiazesthai significaba «fornicar»;<br />
korinthiastés, «proxeneta»; korinthia koré, «prostituta»,<br />
y de ahí para abajo. En tiempos de Pablo se llegaba<br />
a decir que la luna era más bonita vista desde Atenas que<br />
desde Corinto.<br />
El menosprecio que los atenienses sentían por Corinto<br />
bien pudiera haber despertado ciertas reminiscencias en<br />
la mente de Pablo, reminiscencias, claro está, que el<br />
apóstol se encargaba de proyectar hacia el futuro, no<br />
hacia el pasado. La «falta de cultura» evocaba la enérgica<br />
eficiencia de los negocios; «ganar dinero a toda costa»<br />
sugería que los corintios se fijaban más en lo real que<br />
en lo ideal; «ausencia de vida intelectual» implicaba que<br />
los corintios estaban abiertos a nuevas ideas (en efecto,<br />
se puede hallar beneficio en los sitios más inesperados);<br />
«tener suerte en la vida» traía a la mente de Pablo la<br />
imagen de un cruce de caminos donde se encuentran<br />
viajeros de paso en todas las direcciones. Sería sorprendente<br />
que Pablo no hubiera elegido Corinto como el<br />
lugar más adecuado para desarrollar su misión antes del<br />
regreso de Timoteo.<br />
La ausencia de este debió provocar en Pablo cierta frustración.<br />
Dado su carácter, Pablo habría querido trasladarse<br />
a Corinto sin dilación, pero eso hubiera hecho imposible<br />
que le llegaran noticias de Timoteo, y Pablo tampoco<br />
quería retrasos en las noticias de Tesalónica. ¿Cómo si<br />
no hubiera podido Timoteo dar con Pablo en una gran<br />
HACIA EL SUR: ACAYA 135<br />
ciudad, desconocida para él, sin nombres ni números para<br />
identificar las calles?<br />
Timoteo volvió al fin... ¡Y traía buenas noticias! Los<br />
tesalonicenses permanecían firmes en medio de la desgracia.<br />
Una vez pasado el peligro, Pablo estalló de júbilo, lo<br />
cual inspiró su primera carta pastoral (lTes 2,13-4,2), la<br />
cual, a su vez, sólo habría de escribir cuando ya estuviera<br />
asentado en Corinto 3 . El sentimiento de alivio absoluto<br />
se palpa en el cálido y afectuoso trato que dispensa a los<br />
tesalonicenses. Pablo alienta a sus conversos porque sabe<br />
que, de ninguna manera, van a comportarse mal: «Hermanos,<br />
os pedimos y os exhortamos en el nombre de Jesús<br />
el Señor, a que os portéis de la manera que os enseñamos<br />
para agradar a Dios; ya lo hacíais, pero hacedlo ahora<br />
todavía mejor» (lTes 4,1).<br />
La visita de Timoteo a Tesalónica y la primera Carta<br />
a los tesalonicenses constituyen las primeras pruebas<br />
del seguimiento que Pablo hacía de sus misiones. Antes<br />
de esto, Pablo se contentaba con dejar las iglesias que<br />
fundaba al cuidado del Espíritu Santo. En este caso, sin<br />
embargo, le movía una inquietud personal. Pablo tendía<br />
la mano a los tesalonicenses porque se había implicado<br />
con ellos emocionalmente. Y, sin embargo, también se<br />
dio cuenta de que debía mantener un diálogo con los<br />
conversos ausentes. Un padre no puede abandonar a sus<br />
hijos (lTes 2,11).<br />
3 Para la justificación de dividir lTes en dos cartas independientes en origen y su<br />
relación cronológica, cf J. MURPHY-O'CONNOR, Paul, A Critical Lifi, Clarendon Press,<br />
Oxford 1996, <strong>10</strong>4-1<strong>10</strong>.