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murphy,jerome - pabl.. - 10

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270 PABLO, SU HISTORIA<br />

Para el grupo espiritual el asunto fue más grave. Sus<br />

miembros habían sufrido la humillación de haber sido<br />

ridiculizados en público, y se sentían alienados: iban a<br />

convertirse en el peor enemigo de Pablo. Pero como no<br />

podían atacarle directamente, decidieron canalizar su<br />

dolor y su ira en frustrar sus ambiciones para la comunidad.<br />

Fue el grupo espiritual el que ofreció cobijo a<br />

la delegación judaizante de Antioquía de Orontes (la<br />

misma que había causado tantos problemas en Galacia)<br />

cuando esta llegó a mediados de verano del año 54 d.C.<br />

Así dejaban claro que al menos algunos corintios estaban<br />

dispuestos a escuchar una versión alternativa del cristianismo.<br />

Timoteo no podía volver a Efeso con la rapidez que<br />

hubiera querido para poner a Pablo al corriente de su<br />

catastrófico error. Se hacía, pues, necesario crear algún<br />

tipo de cordón sanitario para que el daño no se extendiera<br />

a otras zonas del cuerpo de la iglesia. Pablo habría<br />

podido dudar de si el problema no era más que una<br />

cuestión sobre la susceptibilidad del grupo espiritual. En<br />

su agenda, el grupo aparecía como una banda de alborotadores<br />

con pretensiones irrealizables. Si tenían que sufrir<br />

por la confusión que habían causado a las mentes sencillas<br />

de la comunidad, mejor que mejor.<br />

La presencia de la delegación de Antioquía en Corinto<br />

era ya otro cantar. Tras su misión en Galacia, llegaron a<br />

Corinto en tiempo récord pasando por Filipos y Tesalónica.<br />

Habían cumplido su cometido para con las iglesias<br />

filiales de Antioquía, y lo habían hecho con tanta celeridad<br />

que Pablo sólo podría concluir que las iglesias de<br />

Macedonia habían traicionado su lealtad hacia él. Además,<br />

todavía no sabía cómo habían terminado las disputas teológicas<br />

en Galacia.<br />

CONVERSACIONES CON CORINTO 271<br />

Pablo se vio entonces entre la espada y la pared. El<br />

apóstol era tan responsable de las iglesias de Macedonia<br />

como de la comunidad de Corinto. Y llegó incluso a<br />

planear una visita a aquellas iglesias (ICor 16,5). Pero no<br />

podía estar en dos lugares al mismo tiempo. Y el tiempo<br />

era un factor crucial para poder resolver los problemas de<br />

sus otras iglesias. Pablo tenía que tomar una decisión y,<br />

al final, optó por ir a Corinto 5 . La delegación judaizante<br />

acababa de llegar allí. Si Pablo no perdía tiempo en llegar<br />

allí, todavía podría enfrentarse con ellos en persona y<br />

destruir así la visión «legalista» del evangelio antes de que<br />

calara con profundidad en la comunidad. Macedonia<br />

habría de esperar. En su opinión, el daño que habían<br />

recibido allí ya estaba hecho. Por lo menos podría enviar<br />

a Timoteo, como les había prometido (Flp 2,23), para<br />

que este hiciera todo lo que estuviera en su mano para<br />

preparar la posterior llegada del apóstol.<br />

Con gran pesar de corazón debió de irse Timoteo<br />

rumbo al norte. Iba acompañado por Erasto (He 19,22),<br />

que le ayudaría a tomar un barco en Tróade. Las noticias<br />

de Corinto desanimaron mucho a Pablo. Timoteo jamás<br />

había visto a su líder tan abatido. El apóstol sufrió mucho<br />

por el grado de responsabilidad que le tocaba aguantar y<br />

temía la enemistad que podía granjearse por parte de los<br />

macedonios.<br />

La inquietud de Timoteo no era nada comparada con<br />

la que sentía Pablo. Pablo, profundamente deprimido,<br />

no dejaba de preocuparse, mientras esperaba impaciente<br />

en el puerto a la llegada de la mercancía, los vientos<br />

favorables y los mejores augurios para la travesía. El viaje<br />

5 La visita no se menciona en los Hechos de los apóstoles, pero es una deducción<br />

lógica de 2Cor 12,14; 13,2; cf J. MURPHY-O'CONNOR, Paul: A Critical Life, Clarendon<br />

Press, Oxford 1996, 290-291.

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