You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
76 PABLO, SU HISTORIA<br />
lado, así como de las cúpulas y las tetrapyla que adornaban<br />
las principales encrucijadas de las vías romanas. El arquitecto<br />
tuvo la habilidad de hacer que la calle siguiera una<br />
línea recta perfecta. Colocar columnas en toda la calle,<br />
para que la vista percibiera una reducción de tamaño perdiéndose<br />
en el infinito hubiera resultado un poco soso,<br />
por ello, el responsable del diseño creó la calle con un<br />
punto focal: una plaza oval adornada con una estatua del<br />
emperador Tiberio sobre una columna. En ese punto, la<br />
dirección de la avenida cambiaba ligeramente.<br />
Pablo debió de haber visto esta gloriosa avenida (la<br />
primera en su género) en su esplendor más prístino un par<br />
de veces, como mucho, durante su estancia en Antioquía.<br />
La razón es que hubo dos terremotos que dañaron la vía:<br />
el primero durante el gobierno de Cayo (37-41 d.C.) y<br />
el segundo, durante el de Claudio (41-54 d.C), cuando<br />
todavía estaba siendo reparada del terremoto anterior. Sin<br />
embargo, habría resultado muy complicado estropear la<br />
inmensa majestuosidad de la avenida. Supongamos, pues,<br />
que Pablo la contempló con el orgullo de un hijo adoptivo<br />
de la ciudad.<br />
Una comunidad heterogénea<br />
Uno de los aspectos de Antioquía que más debió atraer<br />
a Pablo era su tolerancia. Como es natural, la ciudad era<br />
testigo de incidentes cotidianos, pero, por regla general,<br />
los habitantes cosmopolitas de Antioquía se llevaban<br />
bastante bien. Esta circunstancia se hacía patente en la<br />
comunidad cristiana, donde los cristianos conversos (ya<br />
vinieran del judaismo o de los credos paganos) estaban<br />
sorprendentemente bien integrados.<br />
APRENDIZAJE EN ANTIOQUÍA 77<br />
No se puede estimar el número de cristianos que<br />
había en Antioquía hacia el año 40 d.C, pero todas las<br />
pruebas inducen a pensar que la comunidad cristiana era<br />
numerosa, activa y muy animada. Por ello, la población<br />
mínima no podía ser menor que los cincuenta creyentes<br />
que, se estimaba, tenían base en Corinto. Este número<br />
debió provocar algún problema de índole práctica para<br />
Pablo y Bernabé.<br />
Al contrario que los judíos, que tenían sus sinagogas,<br />
los primeros cristianos no tenían derecho a reunirse en un<br />
sitio público. Así, debían arreglárselas con la hospitalidad<br />
de aquellos miembros más activos de la comunidad. No<br />
hay prueba alguna de que estos miembros pertenecieran<br />
al patriciado de la ciudad, es decir, a la clase dirigente que<br />
poseía las grandes mansiones. La clase media alta de la<br />
ciudad se situaba casi en el mismo escalafón social que los<br />
cristianos del siglo I. La casa de uno de estos habitantes<br />
no podía cobijar cómodamente a cincuenta personas. Por<br />
tanto, una reunión de toda la iglesia habría supuesto un<br />
indigno hacinamiento. En consecuencia, debemos suponer<br />
que, en Antioquía, como en el resto de las ciudades de<br />
Oriente Medio, la comunidad cristiana debía agruparse en<br />
pequeñas subdivisiones, las llamadas casas-iglesia 3 .<br />
Un arreglo así contaba con la ventaja de ofrecer una<br />
elección a los conversos. Mientras que en teoría elegían<br />
pertenecer a una única comunidad, en la práctica debían<br />
optar por una casa-iglesia concreta entre las que había.<br />
Muchos y muy diversos factores debieron influir en la<br />
decisión que tomaban los nuevos conversos, pero sería<br />
poco verosímil suponer que las pequeñas casas contaban<br />
3 Sobre el problema del espacio para los cristianos del siglo I, cf J. MuRPHY-<br />
O'CONNOR, St. Paul's Corinth: Texts and Archaeology, Liturgical Press, Collegeville<br />
(Minnessotta), 2002 3 , 178-185.