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murphy,jerome - pabl.. - 10

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52<br />

PABLO, SU HISTORIA<br />

frontera oriental del Imperio romano (particularmente si<br />

se producía por medios violentos). Así, Aretas y su gente<br />

aguardaron la respuesta del emperador con mucho temor.<br />

A Tiberio le bastaba con dar una orden al gobernador de<br />

Siria, que tenía cuatro legiones a su disposición. Durante<br />

la larga espera, la actitud que mantuvo Aretas hacia los<br />

judíos no fue precisamente benigna. Los judíos, simbolizados<br />

en la persona de su Rey, habían sido los causantes de<br />

la tensa espera que vivía su pueblo. La respuesta romana,<br />

que Aretas no podría aplazar en ningún caso, sería la gota<br />

que colmaría el vaso de una serie de desastres que los<br />

judíos habían provocado en el pueblo de Nabatea. Estos<br />

compartían el temor y la ira de su dirigente.<br />

Cuando Pablo llegó a Nabatea, hacia el año 34 d.C, la<br />

tensión ya llevaba acumulándose unos tres años. No era<br />

el momento más propicio para comenzar la difusión de<br />

un mensaje que los habitantes de Nabatea probablemente<br />

entenderían como una nueva variedad de judaismo. Los<br />

destinatarios del mensaje que Pablo quería transmitir<br />

verían a este como un agente judío intentando infiltrarse<br />

en sus filas para dividirlos y debilitarlos. Una posible<br />

invitación a la traición hubiera desencadenado una reacción<br />

inmediata y violenta. Pablo corría serio peligro de<br />

ser linchado. Pero, de algún modo, logró escapar. Aun<br />

así, se le recordó como un sujeto peligroso; por eso, tres<br />

años después, las autoridades de Nabatea se dispusieron a<br />

pedirle cuentas de sus acciones.<br />

Si esta evaluación de la situación es correcta, parece<br />

bastante improbable que Pablo lograra adentrarse mucho<br />

en territorio «árabe». Es probable que ni siquiera llegara<br />

a Bosra, al sur de la moderna frontera de Siria. Cerca de<br />

Damasco había tres ciudades nabateas (Filópolis, Kanatha<br />

y Suweida). También es probable que Pablo no perma-<br />

CONVERSIÓN Y SUS CONSECUENCIAS 5:<br />

neciera mucho tiempo en ellas. En cuanto comenzara a<br />

hablar, parecería sospechoso. En mi opinión, no habría<br />

durado ni una semana. Su silencio sobre la duración<br />

de su estancia confirma de algún modo que esta no se<br />

alargó mucho en el tiempo, pues habla de dos semanas de<br />

estancia en Jerusalén y tres años en Damasco (Gal 1,18).<br />

La única explicación para su imprudencia es que estaba<br />

convencido, desde el principio, de que su misión estaba<br />

dirigida a los gentiles.<br />

Tres años en Damasco<br />

Si Pablo volvió a Damasco con el rabo entre las piernas,<br />

por lo menos debió de tener el consuelo de poder lamerse<br />

las heridas en una bella ciudad que bien pudiera rivalizar<br />

con Jerusalén 5 .<br />

La ciudadela romana que se hallaba en el ángulo noroccidental<br />

aseguraba cinco kilómetros de muralla abierta<br />

por ocho puertas. Dicha muralla cercaba un área casi<br />

rectangular (1,35 kilómetros de este a oeste) del mismo<br />

tamaño que la que rodeaba las murallas de Jerusalén.<br />

Había un detalle, sin embargo, que diferenciaba claramente<br />

ambas ciudades. La parte septentrional de<br />

Damasco quedaba protegida por el río Baradá, la fuente<br />

de la fertilidad del oasis. El agua se traía a la ciudad a<br />

través de, al menos, dos importantes canales, incluido el<br />

acueducto de Baradá.<br />

Las calles de la ciudad formaban una cuadrícula, lo<br />

cual creaba bloques rectangulares de edificios con lados<br />

desiguales. La calle principal cruzaba la ciudad de este a<br />

5 Para la historia y la arqueología de Damasco, cf R. BURNS, Monuments ofSyria:<br />

An Historical Guide, Tauris, Londres-Nueva York 1992, 72-<strong>10</strong>8.

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