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324 PABLO, SU HISTORIA<br />
incluso engendró una hostilidad amarga en él. Esa actitud<br />
se corrigió gracias a un encuentro completamente inesperado<br />
en el camino de Damasco, donde Cristo tomó la<br />
iniciativa. Igual ocurrirá con Israel, en \a.parusía de Cristo,<br />
cuando este descienda glorioso de los cielos. Entonces los<br />
judíos no podrán rechazar a Cristo como hiciera el propio<br />
Pablo cuando era fariseo.<br />
Problemas prácticos<br />
Si el grupo espiritual escuchó la parte de la carta que<br />
acabamos de citar (compuesta durante el invierno entre<br />
el año 55 y 56 d.C. en Corinto), seguro que quedaron<br />
impresionados con la increíble habilidad retórica del apóstol.<br />
Pablo lograba controlar toda una compleja amalgama<br />
de citas e interpretaciones a la vez que construía una cuidada<br />
estructura argumental compuesta por una serie de<br />
tesis relacionadas entre sí. Se habrían quedado intrigados<br />
por el modo en que Pablo daba vida a su presentación<br />
introduciendo un interlocutor y creando un diálogo imaginario.<br />
Pablo utilizaba con maestría la técnica retórica de<br />
la invectiva.<br />
Ahora bien, los miembros más perspicaces del grupo<br />
espiritual habrían notado que Pablo no conocía mucho<br />
del ámbito local de Roma. Pablo comunicaba ideas genéricas,<br />
no se ocupaba de asuntos concretos. Si estos mismos<br />
miembros todavía sentían cierto resentimiento desde el<br />
incidente de lCor seguro que también notaron una diferencia,<br />
particularmente dolorosa, entre el uso apasionado<br />
que Pablo había hecho de los grandes temas espiritualistas<br />
en lCor y la calma didáctica contenida en las estilizadas<br />
objeciones de la Carta a los romanos.<br />
ADIÓS AL ESTE 325<br />
No hay duda de que Pablo compuso Rom 1-11<br />
antes de recibir noticias de Priscila y Aquila. El mensaje<br />
que estos habían prometido a Pablo llegó con los<br />
primeros viajeros que llegaron a Corinto desde Roma a<br />
comienzos de la primavera del 56 d.C. A la vista de la<br />
información que le facilitaron, Pablo decidió añadir el<br />
material que compone los capítulos 12-14, los cuales<br />
reflejan un conocimiento muy preciso de algunos de los<br />
problemas que inquietaban a los conversos romanos.<br />
Pablo comenta el problema de los impuestos (13,1-7),<br />
al tiempo que reflexiona sobre las tensiones causadas por<br />
aquellos creyentes empeñados en obedecer las leyes de la<br />
dieta y los festivales (14,1-23). A través de estos pasajes,<br />
Pablo expresa su concepción de la iglesia como cuerpo de<br />
Cristo, así como su convicción de que dicho cuerpo debe<br />
alimentarse con el amor sacrificado que Cristo demostró<br />
en la cruz. «Cristo no buscó lo que le agradaba» (15,3).<br />
Planes de viaje<br />
Si consideramos el propósito político de la carta, los<br />
capítulos 1-14 pueden ser considerados una captio benevolentiae<br />
prolongada, un ardid para ganarse el favor de los<br />
lectores. Sólo al final de la carta vuelve Pablo a recordar la<br />
cuestión de su próxima visita —un tema que se introduce<br />
al principio de la carta (1,<strong>10</strong>-15)-. Pablo explica por qué<br />
no les ha visitado antes. El apóstol estaba cumpliendo una<br />
misión divina: «Desde Jerusalén en todas direcciones hasta<br />
Iliria he anunciado el evangelio de Cristo» (15,19).<br />
Por fin se explícita el motivo principal de la carta: «Pero<br />
ahora, como ya no hay nada que me retenga en estas<br />
regiones y como desde hace tiempo tengo muchas ganas