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24 PABLO, SU HISTORIA<br />
siguió Josué unos mil años antes, cuando fue perseguido<br />
por la coalición de cinco reyes de Gabaón (Jos <strong>10</strong>).<br />
Bajando desde el norte, los peregrinos que seguían esta<br />
ruta estarían a unos escasos tres kilómetros de Jerusalén<br />
cuando la vieron por primera vez. Según la tradición poética,<br />
Jerusalén está situada en una montaña. En realidad,<br />
la ciudad está rodeada de altas colinas.<br />
Los peregrinos reconocerían el Templo al este de la<br />
ciudad inmediatamente. El humo procedente del altar de<br />
los sacrificios debería llamar su atención hacia el sancta<br />
sanctorum, un edificio que se hace visible justo a la<br />
izquierda de la masa de gente en la fortaleza Antonia. Si se<br />
preguntaron por el edificio de tres torres inmensas al otro<br />
lado de la ciudad, pronto aprenderían que ese era el palacio<br />
construido por Herodes el Grande. En ese momento<br />
era la sede del gobernador romano, que, por otra parte,<br />
tenía su residencia en Cesárea.<br />
El instinto de los peregrinos debía ser ir, sin ninguna<br />
dilación, al Templo. Pero estaba prohibido entrar con<br />
equipaje, hatillos, sandalias o, incluso, polvo del viaje.<br />
Primero tenían que encontrar un sitio donde dormir y<br />
donde poder lavarse a conciencia. Pero eso no era tarea<br />
fácil durante la Pascua, cuando los peregrinos de todo el<br />
mundo superaban en número (casi en proporción de tres<br />
a uno) a los habitantes de Jerusalén. Sólo los ricos podían<br />
permitirse un alojamiento dentro de la ciudad. Los<br />
peregrinos más pobres tenían que acampar al norte de la<br />
ciudad, o bien en las colinas del Monte de los Olivos (si es<br />
que no lograban encontrar acomodo en las villas cercanas,<br />
como Betania o Betfagé).<br />
LOS AÑOS DE JUVENTUD 2í<br />
Una ciudad situada en la montaña<br />
La Jerusalén que Pablo conoció tan bien era, en efecto,<br />
obra de Herodes el Grande 6 . Herodes tuvo que luchar<br />
para establecer la autoridad real que los romanos le<br />
habían conferido en el año 40 a.C. Jerusalén no se sometió<br />
fácilmente y, al comienzo del verano del 37 a.C., las<br />
catapultas de sus aliados romanos atacaron la ciudad, sin<br />
piedad, durante cincuenta y cinco días sin descanso. Por<br />
fin, cuando el ejército rompió el sitio, Herodes se encontró<br />
con una tierra devastada, llena de edificios en ruinas y<br />
con una población diezmada en sentido literal. Su orgullo,<br />
su energía y su perspicaz sentido de la organización<br />
hicieron posible que esa situación tan miserable no durara<br />
mucho.<br />
Consciente de que tenía pocos amigos, la primera<br />
preocupación de Herodes fue su propia seguridad. Su<br />
primera construcción monumental fue la fortaleza Antonia,<br />
llamada así en honor de su amigo Marco Antonio y<br />
situada en la esquina noroeste del Templo. Contaba con<br />
cuatro torres. La que se situaba en la esquina sureste superaba<br />
casi en 3 metros a las demás. A primera vista, poco<br />
podía imaginar Pablo que un día acabaría siendo invitado<br />
forzoso en el que era el cuartel general de la guarnición<br />
romana en Jerusalén (He 21,31-35).<br />
Cuando la construcción de la fortaleza Antonia estaba<br />
a punto de concluirse, Herodes ya había comenzado un<br />
proyecto más grandioso si cabe: un nuevo palacio situado<br />
al oeste, en el punto más alto de la ciudad. Los curiosos<br />
quedarían impresionados por las tres grandes torres,<br />
llamadas Miriam, por la mujer asesinada de Herodes,<br />
6 Para la descripción de Jerusalén por un testigo ocular, cf FLAVIO JOSEFO, La Guerra<br />
de los judíos, 5.