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murphy,jerome - pabl.. - 10

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314 PABLO, SU HISTORIA<br />

En efecto, lo que Pablo quería era ser aceptado como<br />

miembro de la comunidad romana. Quería ser enviado a<br />

España como misionero de Roma (Rom 15,24) 5 . Esto<br />

no era un problema de logística o ayuda con el idioma<br />

(aunque una ayuda en estos dos aspectos de la misión<br />

sería también bastante útil). Pablo necesitaba que Roma<br />

le diera la misión de actuar en su nombre como antaño<br />

hiciera Antioquía de Orontes. Todo lo ocurrido en Galacia<br />

y Corinto le hizo ser consciente de lo vulnerable que<br />

había sido a las acusaciones de disidencia e inconformismo.<br />

Necesitaba, pues, una nueva coraza.<br />

El sentido de unidad del movimiento cristiano de Pablo<br />

seguía creciendo. Pablo creía en la unidad por encima de<br />

la variedad de expresiones concretas del culto cristiano en<br />

los distintos países. Desde ese ángulo, Pablo comenzaba<br />

a apreciar la importancia de los vínculos institucionales.<br />

Una iglesia «madre» tenía derecho a desautorizar a sus<br />

iglesias «filiales». En efecto, aquella podía decidir si las<br />

estructuras que dichas filiales habían desarrollado para<br />

administrar unas u otras circunstancias eran o no compatibles<br />

con los valores del movimiento cristiano. En caso<br />

negativo, la iglesia madre podía exigir que la comunidad<br />

filial reconsiderara la situación. A través de sus cartas,<br />

Pablo había ejercido esa función tutelar con respecto a sus<br />

propias iglesias. Pero Pablo no iba a vivir para siempre.<br />

¿Qué ocurriría entonces? Había librado a sus comunidades<br />

del influjo de Antioquía. Ya nadie podría exigirles nada. Si<br />

moría, Pablo dejaría huérfanas a sus comunidades.<br />

5 El verbo que utiliza Pablo es propemto, que significa, literalmente, «ayudar en el<br />

viaje de uno», pero que «en la antigua cristiandad, casi es un tecnicismo para referirse a<br />

la provisión de una iglesia para el apoyo económico de las misiones» (]. D. G. DUNN,<br />

Romans, Word Bible Commentary 38B, World Books, Dallas 1988, 872). La iglesia sólo<br />

aceptaría esa responsabilidad financiera si estuviera ordenada por el apóstol. Al escribir<br />

la carta, Pablo se contenta con una delicada indirecta. Las peticiones más específicas<br />

vendrían más tarde, cuando ya se había establecido en Roma.<br />

ADIÓS AL ESTE<br />

Pablo se vio forzado entonces a ser extremadamente<br />

honrado consigo mismo. Pablo comprendía que si permanecía<br />

fuera del sistema de representantes apostólicos acreditados,<br />

aquellos encargados de establecer vínculos genéticos,<br />

él mismo estaría privando a sus iglesias del canal de<br />

la gracia divina. Lo que estaba hecho, estaba hecho. Puede<br />

que se arrepintiera, pero ya no podía cambiar nada. El<br />

futuro era ya otro cantar. Debía haber alguna iglesia con<br />

poder sobre cualquier comunidad que fundara en España.<br />

Roma podría asumir perfectamente esa responsabilidad<br />

si le enviaban allí como misionero apostólico. Por el bien<br />

común, Pablo estaba dispuesto a sacrificar el título del que<br />

estaba tan orgulloso («apóstol de Jesucristo por la gracia<br />

de Dios») para convertirse en «un apóstol de Roma».<br />

Cuando llegó a Corinto, Pablo ya había solucionado<br />

sus dilemas personales. Sabía qué era lo que tenía que<br />

hacer y también había decidido cómo iba a llevarlo a<br />

cabo. Eso le dio fuerzas renovadas para enfrentarse con los<br />

corintios e intentar reestablecer su autoridad.<br />

Parece ser, sin embargo, que su aprensión estaba bastante<br />

poco justificada. La airada carta que escribió en Iliria<br />

tuvo un efecto beneficioso. No hay indicios de que Pablo<br />

tuviera que pasar el invierno (55-56 d.C.) reivindicándose<br />

a sí mismo o arbitrando debates internos. Dado el carácter<br />

de los corintios, hubiera sido milagroso que no surgieran<br />

disputas de cuando en cuando, pero por lo menos no eran<br />

aquellas catastróficas explosiones que habían sido la nota<br />

dominante de la relación entre el apóstol y sus conversos<br />

aqueos.<br />

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