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78 PABLO, SU HISTORIA<br />
con antiguos judíos y antiguos gentiles. Una situación así<br />
hubiera complicado mucho las cosas para el desarrollo<br />
normal de la convivencia. Lo normal es que las casasiglesia<br />
se fundaran separando a los antiguos judíos de los<br />
antiguos gentiles, aunque luego todas ellas estuvieran al<br />
abrigo de una institución mayor, la «Iglesia de Antioquía».<br />
Sin embargo, para que este abrigo no fuera una mera<br />
ficción, debían crearse fuertes vínculos entre las diversas<br />
casas-iglesia.<br />
Compañerismo en la mesa<br />
El vínculo más relevante que unía a estas iglesias era el<br />
compañerismo en la mesa. En el antiguo Oriente Medio,<br />
el principal acto social era una cena formal. Compartir<br />
comida suponía iniciar, cuando no recuperar o fortalecer,<br />
cierto vínculo social que implicaba compromiso permanente,<br />
así como obligaciones éticas concretas, entre aquellos<br />
que se sentaban a la mesa. A los ojos de los habitantes<br />
de Antioquía, los antiguos cristianos no habrían formado<br />
una genuina comunidad a no ser por sus reuniones alrededor<br />
de la mesa, además de por la eucaristía.<br />
El significado de la cena no está tan subrayado en<br />
ningún otro credo como en el judaismo 4 . No todos los<br />
judíos debían ser tan escrupulosos como los fariseos. Es<br />
igual de cierto, sin embargo, que la gran mayoría de judíos<br />
distinguía entre comida limpia y comida sucia, e incluso<br />
habría insistido en que el primer tipo de comida estuviera<br />
completamente limpia de sangre (cf He <strong>10</strong>,14). Se trataba<br />
4 E. P. SANDERS, Jewish Association with Gentiles and Galatians 2,11-14, en R. T.<br />
FORTNA-B. GAVENTA (eds.), The Conversation Continúes: Studies in Paul and John in<br />
HonourofJ. Louis Martyn, Abingdon, Nashville 1990, 170-188.<br />
APRENDIZAJE EN ANTIOQUÍA 79<br />
de una cuestión de principios por la que habían muerto<br />
sus antepasados (IMac 1,62-63) y, además, suponía una<br />
de las señas de identidad más características de la religión<br />
judía en general. «Separaos de las demás naciones, es decir,<br />
no compartáis el alimento con ellos» (Libro de los Jubileos,<br />
22,16). El reconocimiento del efecto de unión que crea el<br />
acto de compartir la comida se halla en el núcleo de esta<br />
prohibición.<br />
Entonces, ¿cómo pudieron las casas-iglesia judías y<br />
gentiles de Antioquía mantener una imagen de unidad?<br />
Hemos de excluir enseguida la idea de que los judíos<br />
dieron todo tipo de facilidades a los gentiles ignorando<br />
sus propias leyes. También debemos descartar el hecho de<br />
que los gentiles se adaptaran al régimen judío de comidas<br />
adoptando unas normas de observancia de la dieta parecidas<br />
a las que predicaban los fariseos. Lo más probable es<br />
que hubiera una situación intermedia.<br />
Cuando los creyentes de origen gentil cenaban con los<br />
de origen judío, solían aceptar la comida que estos últimos<br />
les ofrecían, incluso aunque no les gustara el kosher. Cuando<br />
los cristianos de origen judío, por su parte, cenaban en casa<br />
de un converso «gentil», aquellos confiaban en que los<br />
gentiles les ofrecerían alimento y bebida permitidos por la<br />
ley judía. Desde la perspectiva judía, un acto de confianza<br />
como aquel, constituía una concesión extraordinaria. La<br />
mayor parte de la carne (si no toda) que se obtenía fuera de<br />
Jerusalén provenía, casi con toda seguridad, de sacrificios<br />
hechos al modo pagano, y la idea general que tenían los<br />
judíos es que los gentiles, por pura maldad, contaminaban<br />
la comida judía a la menor oportunidad.<br />
Lo plausible de un acuerdo como el que se ha descrito<br />
queda reforzado por el número de gentiles que fueron<br />
atraídos hacia el judaismo en Antioquía, sin llegar nunca