14.05.2013 Views

murphy,jerome - pabl.. - 10

murphy,jerome - pabl.. - 10

murphy,jerome - pabl.. - 10

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

152 PABLO, SU HISTORIA<br />

una parte, los conversos tesalonicenses seguían siendo<br />

creyentes profundamente devotos y cuyas vidas radiaban<br />

el mensaje del evangelio (ITes 1,6-8). Por otra, parecían<br />

haber malinterpretado las palabras de Pablo referidas al<br />

«comienzo de una nueva era». A causa de esto último,<br />

algunos conversos de allí habían dejado de trabajar porque<br />

estaban convencidos de que tenían suficiente para vivir<br />

hasta que Cristo reapareciera en toda su gloria. Pablo les<br />

había abandonado. ¿Acaso no debían preocuparse más<br />

por su sustento personal? Pablo les había dicho que ahora<br />

poseían una nueva vida. Y su muerte, ¿significaba que<br />

estaban perdidos para siempre?<br />

En un nivel más personal, el emisario informó tímidamente<br />

a Pablo de que no era demasiado popular entre<br />

algunos miembros de la iglesia de Tesalónica. No se<br />

habían formulado acusaciones concretas contra él, pero<br />

el emisario había percibido cierto descontento con el<br />

comportamiento de Pablo. Puede que la crítica no fuera<br />

más que un comentario formulado de soslayo, pero el<br />

simple hecho de que alguien en Tesalónica pudiera haber<br />

motivado ese comentario sugería que ya había muestras<br />

de descontento hacia Pablo en Tesalónica.<br />

La carta (ITes 1,1-2,12 y 4,3-5,28) que Pablo escribió<br />

en respuesta a esto (su primer problema serio de<br />

control) resulta bastante reveladora. El tono difiere en<br />

buena medida del de sus primeras cartas (ITes 2,13-4,2).<br />

La efervescente calidez y el halago incondicional daban<br />

paso ahora a la admonición más adusta y al consejo más<br />

comedido. Estas pruebas de distancia emocional se ven<br />

reforzadas por la ausencia de ciertas expresiones que<br />

pudieran dar a entender que Pablo tiene deseos de volver a<br />

encontrarse con sus conversos en Tesalónica una vez más.<br />

No hay duda de que Pablo ha evolucionado. Su afecto ha<br />

HACIA EL SUR: ACAYA 153<br />

sido absorbido por la incipiente comunidad corintia. Los<br />

tesalonicenses ya no ocupaban el lugar más privilegiado<br />

de su mente.<br />

Al contrario de lo que podríamos esperar de un pastor,<br />

Pablo no se ocupa primero de arreglar aquellos asuntos<br />

más escatológicos, sino que prefiere dar una respuesta<br />

aplastante a todas aquellas acusaciones referidas a su comportamiento<br />

en Tesalónica (ITes 2,1-12). A pesar del tono<br />

desapasionado, es sorprendente discernir tanta sensibilidad<br />

por lo que parece ser un comentario sin importancia,<br />

sobre todo en un hombre que ya estaba bien entrado en<br />

sus cincuenta, que había sido misionero de forma muy<br />

activa en los últimos diez años de su vida y que, en consecuencia,<br />

ya debía haberse topado con el fracaso en más<br />

de una ocasión. Puede que se tratara de una característica<br />

poco feliz de la personalidad de nuestro protagonista, pero<br />

también puede ser el anverso del compromiso absoluto<br />

que sentía por el mensaje de su apostolado (ICor 4,<strong>10</strong>-<br />

11). No debía de ser muy sano para Pablo que este interpretara<br />

cada ataque personal como una afrenta directa<br />

hacia la palabra de Dios que justificaba (¿requería?) una<br />

respuesta concreta.<br />

A mitad de la carta, Pablo llega por fin a tratar el problema<br />

con los tesalonicenses. Pero en lugar de dar una<br />

justificación teológica a aquellos que están más afligidos<br />

por la pérdida de seres queridos, lo único que hace es<br />

pintar un dramático esbozo de cómo será el día del juicio<br />

final. «Porque el Señor mismo, a la señal dada por la voz<br />

del arcángel y al son de la trompeta de Dios, bajará del<br />

cielo y los muertos unidos a Cristo resucitarán los primeros.<br />

Después nosotros, los vivos, los que estemos hasta la<br />

venida del Señor, seremos arrebatados juntamente con<br />

ellos entre nubes por los aires al encuentro del Señor»

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!