Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
220 PABLO, SU HISTORIA<br />
con la comunidad de Éfeso y hubiera de permanecer<br />
allí.<br />
Defensa propia<br />
La delegación había cometido un grave error táctico al<br />
insistir en que Pablo dependía de Jerusalén, la fuente del<br />
auténtico evangelio según decían. La situación habría<br />
sido distinta si hubieran enfatizado más la larga relación<br />
que Pablo había tenido con la iglesia de Antioquía. Pablo<br />
había vivido allí por un período de tiempo bastante largo,<br />
pero, además, había sido elegido para trabajar de misionero<br />
mano a mano con Bernabé. A Pablo, el mismo que<br />
daba tanta importancia a la comunidad, le hubiera sido<br />
imposible negar su antigua pertenencia a la iglesia de<br />
Antioquía. Y esa pertenencia, desde su propio punto de<br />
vista, implicaba dependencia.<br />
En la Carta a los gálatas, Pablo no tuvo grandes dificultades<br />
para acreditar el poco tiempo que había pasado<br />
en Jerusalén como cristiano. Cabe subrayar esto último<br />
porque, como ya hemos comentado, Pablo pasó allí unos<br />
quince años como fariseo. Si la iglesia judaizante no<br />
había comentado este extremo, Pablo no iba a complicar<br />
las cosas mencionándolo en su carta. La situación exigía<br />
economizar, en cierta medida, la verdad. Y en retórica,<br />
cuando se trataba de defenderse utilizando hechos, era<br />
básico decir en todo momento, pero sin enfatizar, cualquier<br />
cosa que pudiera ir en contra del defendido. Así,<br />
con respecto a su primer contacto con los cristianos, Pablo<br />
sólo dice haber perseguido «la iglesia de Dios» (Gal 1,13)<br />
y las «iglesias de Cristo en Judea» (Gal 1,22). Pero nunca<br />
llega a mencionar la ciudad sagrada.<br />
PRIMER AÑO EN ÉFESO 221<br />
Después de su conversión, Pablo sólo había efectuado<br />
dos breves visitas a Jerusalén. Tres años después de su<br />
conversión pasó quince días en Jerusalén y sus contactos<br />
allí se limitaron a las charlas con Pedro y Santiago (Gal<br />
1,17-19). La segunda visita se produjo unos quince años<br />
después (Gal 2,1), cuando discutió, de igual a igual, con<br />
Santiago, Pedro y Juan. Pablo, además, salió victorioso: la<br />
ley no debía ser impuesta a los conversos gentiles. Pablo<br />
cita después Siria y Cilicia (Gal 1,21) como las ciudades<br />
donde ejerció su apostolado durante el intervalo, pero<br />
sabemos bien que llegó más lejos. Esta omisión permite<br />
atisbar algunas habilidades retóricas de Pablo. Quintiliano<br />
advertía así a los oradores: «Cuando una conclusión da<br />
idea suficiente de las premisas, debemos conformarnos<br />
con sugerir un único detalle que permita al público comprender<br />
lo que no se ha dicho» <strong>10</strong> . Exacto, como Pablo<br />
había estado en Galacia, y se dirigía al oeste cuando dejó<br />
la ciudad de Pesino, el apóstol puede permitirse el lujo de<br />
callarse sus movimientos. Esa discreción habría de reforzar<br />
el poder de convicción de su presentación, pues dejaba al<br />
descubierto una confidencia cargada de poder de persuasión.<br />
Si hubiera dado detalles innecesarios (siempre desde<br />
el punto de vista de los gálatas), lo único que habría conseguido<br />
sería crear más sensación de inquietud y ansiedad.<br />
La complicidad del conocimiento compartido halagaba a<br />
sus lectores.<br />
Aunque no decía nada de su relación con Antioquía,<br />
Pablo se había adelantado a la circunstancia afirmando<br />
desde el principio que su mandato apostólico no venía<br />
«de parte de los hombres o por mediación de los hombres»<br />
(Gal 1,1). Su mandato no derivaba de comunidad alguna,<br />
<strong>10</strong> QUINTILIANO, Institutio Oratoria 4,2,41.