Cinismos Retrato De Los Filosofos Llamados Perros.pdf
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Gemontas para dioses y amos<br />
expresión de la singularidad si no se los convierte en modelos<br />
descarnados, en puntos fijos susceptibles de ser<br />
transformados en referencias para una progresión hacia<br />
la sabiduría inmanente. La tolerancia cínica a los dioses<br />
no excede este marco estrecho: los dioses sólo tienen realidad<br />
metodológica. Así es como Diógenes parece divinizar<br />
"todo lo que en este mundo tiene vida, potencia, perfección;<br />
y uno creería -escribe Chappuis- que quien<br />
ejecuta todas sus acciones de conformidad con la naturaleza,<br />
tomada como principio de conducta, no admite nada<br />
superior a ella y la reconoce como principio primario<br />
y absoluto de los seres".' No hay nada fuera de la naturaleza:<br />
el materialismo invalida toda condición de posibilidad<br />
de lo sagrado. Si hubiese tenido veleidades de sacralizar<br />
algo, Diógenes habría sido panteísta a la manera<br />
de los estoicos o de Spinoza.<br />
<strong>Los</strong> cínicos están más allá del ateísmo en tanto profesan<br />
una indiferencia soberana respecto de las cuestiones<br />
que podríamos llamar teológicas. Nada les es más ajeno<br />
que las discusiones sobre la naturaleza de los dioses, sus<br />
poderes, sus cualidades o sus sustancias. Como también<br />
les es ajeno todo lo que corresponda a las hipotéticas relaciones<br />
mantenidas entre los dioses y los hombres. Semejante<br />
posición es de una extrema modernidad: lo importante<br />
no es hacer la demostración del ateísmo<br />
-demostración que, por lo demás, Ludwig Feuerbach ha<br />
hecho ahora de modo insuperable-, sino pensar más allá<br />
del ateísmo, en un nivel en el que la individualidad es imperiosa.<br />
El ateísmo cínico se refuerza con una impiedad militante<br />
y sarcástica que hace pensar en el tono del libertino<br />
frente al comendador: insolencia y desplante. <strong>Los</strong><br />
3. ídem, págs. 121-122.<br />
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