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Cinismos Retrato De Los Filosofos Llamados Perros.pdf

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Michel Onfi-ay<br />

acción supone un compromiso y un conflicto con lo real,<br />

un combate singular con la resistencia del mundo. <strong>Los</strong><br />

hijos de Antístenes saben que la filosofi'a es un juego y un<br />

arte, pero además, al mismo tiempo, un combate. También<br />

aquí encontramos la dimensión lúdica, particularmente<br />

la que se relaciona con el agón tal como lo describe<br />

Roger Caillois. En las graderías a las que había<br />

llegado para codearse con los espectadores de los torneos<br />

deportivos, Diógenes señalaba que también él tenía aptitudes<br />

para el combate, la lucha y la competencia, pero<br />

que la suya era una batalla contra un enemigo menos ficticio.<br />

Cuando se le preguntaba quiénes eran esos adversarios<br />

tan implacables que él caracterizaba como espectros<br />

espantosos, Diógenes respondía que eran los más<br />

temibles, aquellos "que no se dejan vencer fácilmente,<br />

aquellos que ningún griego podría mirar a la cara; sin<br />

embargo -agregaba-, no son personas que corran, luchen<br />

ni salten con pértiga, como tampoco son luchadores<br />

ni lanzadores de jabalinas ni discóbolos, sino más<br />

bien personas que corrigen a los hombres". La respuesta,<br />

un poco sibilina, no hacía más que confundir el espíritu<br />

de quienes intentaban comprenderlo... Inquieto por<br />

lo que pudieran significar las palabras de Diógenes uno<br />

de los curiosos del lugar le preguntó quiénes eran esos<br />

adversarios. Diógenes, respondió: "Las dificultades más<br />

arduas que no pueden vencer ni los glotones ni los orgullosos<br />

imbéciles, los que se pasan el día comiendo y la noche<br />

roncando, y que en cambio podrían superar fácilmente<br />

los delgaduchos demacrados que tienen el talle<br />

más fino que el de las avispas. ¿O crees que esos vientres<br />

abultados son de alguna utilidad, esos seres que las personas<br />

sensatas deberían echar del país después de someterlos<br />

por turno a la purificación Antes bien, habría que<br />

inmolarlos, cortarlos en trozos y degustarlos como se ha-<br />

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