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Cinismos Retrato De Los Filosofos Llamados Perros.pdf

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Michel Onfi-ay<br />

En cuanto al báculo, era en realidad un cetro del que,<br />

por supuesto, no había que desprenderse. Compañero de<br />

vagabundeos y sostén, ese palo era el equivalente irónico<br />

de las insignias de poder, en este caso de poder sobre sí<br />

mismo, lo real y el mundo. En Grecia, los jueces y los generales<br />

estaban provistos de cetros. Como señal de dignidad,<br />

ciertos maestros podían invocar su empleo. Pero<br />

en el caso del cínico, se trataba de una burla al orden social<br />

y sus insignias. Suponemos que los comentaristas de<br />

La Ili'ada y de La Odisea, textos sagrados puesto que funcionan<br />

como referencias comúnmente admitidas, atribuían<br />

a los primeros un palo rojo y a los segundos, uno<br />

amarillo...<br />

En alguna parte se lee que este instrumento "no puede<br />

concebirse de otro modo que no sea como el báculo<br />

del caminante"." Para hacer una lectura simbólica, es interesante<br />

saber que Hércules, el dios preferido de los cínicos,<br />

nunca viaja sin su vara, y que de semejante objeto<br />

suele hacer un uso muy diferente del puramente decorativo:<br />

es el instrumento de una voluntad de vagabundeo,<br />

de soledad, y al mismo tiempo una retórica de la distancia.<br />

El palo es el medio con que hacer respetar la distancia<br />

y asegurarse el vacío alrededor de uno mismo, condición<br />

de posibilidad de una auténtica autonomía.<br />

Por lo demás, Diógenes estaba familiarizado con esta<br />

retórica. A menudo se lo podía encontrar maniobrando<br />

con destreza el contundente objeto. Así es como un día<br />

en que Diógenes se abría paso por las calles de la ciudad,<br />

a causa de una mala maniobra estuvo a punto de recibir<br />

el impacto de una viga en pleno rostro. El carpintero, no<br />

obstante, había tenido la precaución de gritar "cuidado"...<br />

después del incidente. Entonces Diógenes, blan-<br />

17. M.-O. Goulet-Cazé, L'Asccse cynique, Vrin, pág. 60.<br />

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