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Cinismos Retrato De Los Filosofos Llamados Perros.pdf

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Michel Onfray<br />

hambre y mis necesidades frotando así mi vientre"."<br />

Hermana en la filosofía de los cínicos más populares, Hiparquia<br />

no vacilaba en exhibir su sexualidad como si se<br />

tratara de un happening destinado a los caminantes. El sibilino<br />

Sexto Empírico cuenta la anécdota: "<strong>Los</strong> hombres<br />

se retiran al ámbito privado para tener comercio carnal<br />

con su mujer, mientras que Grates lo hace en público con<br />

Hiparquia".'-'<br />

Alimentación, sexualidad, pero también alojamiento:<br />

los cínicos persistían en la metáfora canina cuando se trataba<br />

del habitat. Uno de ellos sentía especial predilección<br />

por la tortuga porque ésta representaba la autonomía<br />

más lograda. Por su parte, Diógenes prefería el tonel, o<br />

más precisamente una gran ánfora, puesto que habrá que<br />

esperar a la llegada de los galos para que se invente el recipiente<br />

de madera. La viñeta es célebre y todavía hoy<br />

Epinal ofrece la imagen más característica del filósofo<br />

griego: el Sócrates furioso habitaba como un perro en su<br />

casilla. <strong>Los</strong> cínicos hacían de la sencillez una virtud, y de<br />

la sencillez extrema, una extrema virtud. <strong>De</strong> ahí la invitación<br />

al desprendimiento y el repudio a comulgar con lo<br />

ostensivo cuando basta lo sumario. Juvenal supo ver en<br />

esa elección la cifra de una relación con el mundo en la<br />

que el hombre domina las condiciones de su vida y no lo<br />

contrario. "El barril del cínico harapiento está protegido<br />

del fuego: si se rompe, mañana él tendrá otra casa o bien<br />

la misma, restaurada con plomo.'"' Por lo demás, Diógenes<br />

sufrió un día ese contratiempo: no se sabe muy bien<br />

qué desencadenó la cólera de un joven ateniense contra<br />

el sabio, pero lo cierto es que el ánfora estalló en mil pe-<br />

11. Ateneo, Dcipnosofistas, IV. 158. F.<br />

12. Sexto Empírico, Hipotiposispimnicíis, I. 153.<br />

13. Juvenal, Sátiras, XVI.<br />

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