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PAGINAS I A XII.qxd - World Resources Institute

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Instantánea de la Carta de la TierraEn un ámbito internacional cargado de iniciativas para el medioambiente, quizás sea más fácil definir la Carta de la Tierra por lo queno es que por lo que es. Ésta no es un elenco práctico de “cosas porhacer” con objeto de lograr la protección ambiental o el desarrollo sostenibleen el ámbito nacional o local. Ni es (por lo menos no todavía) unacuerdo intergubernamental oficial. De ambos difiere el Programa 21,el principal resultado de la Cumbre para la Tierra celebrada en Río deJaneiro en 1992, el cual expone un plan amplio de acción pro desarrollosostenible a nivel gubernamental.Los defensores de la Carta de la Tierra describen documentos taninspiradores como la Declaración francesa de los Derechos delHombre y la Declaración Universal de los Derechos Humanos de laONU, como los más cercanos a sus aspiraciones.Los denominados documentos de “leyes blandas” no son legalmentevinculantes. Sin embargo, cuando son adoptados por losgobiernos de los países devienen moralmente vinculantes, proporcionandolas normas con que las naciones mensuran las civilizaciones.Por ejemplo, los derechos humanos aparecían en la agenda internacionalde 1948 cuando la Asamblea General de la ONU los declaró“universales” y “un logro común” (Naciones Unidas 1948). Aunque seexpresa en términos generales, la Declaración ha codificado con éxitolos valores de los derechos humanos, que se utilizan para pedir cuentasa las naciones ante la opinión pública. La Comisión de la Cartade la Tierra espera, asimismo, que ésta se convierta en un fundamentocomún del comportamiento ético, justo y ecologista «medianteel cual se guíe y se mida la conducta de todos los individuos, organizaciones,negocios, gobiernos e instituciones transnacionales»(Secretaría de Carta de la Tierra 2000).Estos magníficos objetivos, junto con la generalidad con que seexpresan y los pensamientos altruistas de la Carta, son fáciles decriticar y de considerar demasiado generales para ser útiles ydemasiado abiertos para poder ser supervisados con eficacia. Perode esta manera se olvida el valor de tales iniciativas en pro de uncambio de conducta. Actualmente, nadie pondría en discusiónseriamente la autoridad y la eficacia de la Declaración Universal delos Derechos Humanos, aunque se tardó muchos años en traducirsus principios en convenciones legalmente vinculantes adoptadaspor las naciones. Al inicio de 2003, la Carta de la Tierra ya estabatraducida a 27 idiomas. Más de 2.000 ONG y 1.000 gobiernos localeshan adoptado sus principios (Rockefeller 2003), mientras que 54países han creado los comités nacionales de la Carta de la Tierra(Smith 2002:30). No todo el mundo reconoce su nombre, ni tampocola mayoría de los gobiernos nacionales la tienen en cuenta. Aun así,entre los gobiernos locales y entre los grupos emergentes de lasociedad civil de todo el mundo, unidos por los objetivos comunes deprotección ambiental, justicia social e internacionalismo pacífico, yconectados por internet, está comenzando a difundirse con granfuerza.No existe ningún programa para la Carta de la Tierra. En todo elmundo, las comunidades, las personas, los negocios, los centroseducativos y los gobiernos locales están utilizando diferentesmedios para respaldar simbólicamente la Carta por medio deiniciativas y un cambio de actitud.En los Parlamentos y ayuntamientos:Tres años después de su lanzamiento, la adopción de la Carta de laTierra por los gobiernos locales sigue siendo limitada, siendo los másentusiastas Estados Unidos, Europa Oriental, España y partes deÁfrica, América Latina y Oriente Medio. En abril de 2001 el Parlamentode Tatarstán, una república semiautónoma de la Federación Rusa, fue elprimer gobierno provincial que adoptó la Carta de la Tierra como guíapara las políticas y prácticas gubernamentales. Esta república, con unapoblación mixta potencialmente inestable de musulmanes y cristianosortodoxos, ha hecho de la solución no violenta de los conflictos la piedraangular de su constitución, contemplando sus líderes la Carta de laTierra como medio para lograrlo. El gobierno de Tatarstán ha analizadosus leyes fundamentales y sus políticas cotejándolas con los principiosde la Carta y está introduciendo el documento como materia de estudioen el currículo escolar (Earth-Ethics 2002:36).En abril de 2002, el senado de Puerto Rico siguió esa iniciativa,votando en apoyo de los principios establecidos en la Carta de la Tierra,adoptándolos como sistema orientativo “al formular leyes y políticaspúblicas”, y para exhortar al gobierno del territorio, al sistema educativo,los negocios, la ciencia y las organizaciones de los medios decomunicación a hacer lo mismo (Álvarez 2002). El documento ha sidotambién adoptado por 99 ciudades y pueblos de Jordania (Earth CharterInitiative 2002:8).En Estados Unidos, en donde el Programa 21 Local ha tardado másen despegar, la Carta ha realizado incursiones significativas en laconciencia del gobierno local. Ha sido adoptada, entre otros, por 1.000miembros de la US Conference of Mayors (Conferencia Americana deAlcaldes) y 400 de la Liga de las Ciudades de Florida (Earth CharterInitiative 2003).En el plano mundial, the International Council of LocalEnvironmental Initiatives (ICLEI) adoptó la Carta y está alentando asus 380 municipios miembros a aplicar sus principios (Iniciativa de laCarta de la Tierra 2003). Algunas autoridades locales ya la están aplicandoen la práctica. El gobierno de la ciudad de San José (CostaRica), por ejemplo, ha implantado un programa de formación sobre laCarta de la Tierra que involucra a unos 1.800 empleados, entre ellos losdepartamentos de policía, de saneamiento y de salud. Se alienta a lostrabajadores a incorporar dichos principios en sus actividades diarias(Secretaría de la Carta de la Tierra 2003).En las aulas:El marco ético de la Carta de la Tierra ha tocado con fuerza el alma de lasinstituciones educativas. La Carta de la Tierra es primordial para losesfuerzos de la UNESCO a fin de desarrollar programas de formación deprofesorado en torno al tema del desarrollo sostenible para las escuelasy las universidades. Sus principios también han sido adoptados por laAsociación Internacional de Bachillerato y por docenas de departamentosuniversitarios y centenares de escuelas de todo el mundo.210RECURSOS MUNDIALES 2004

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