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PAGINAS I A XII.qxd - World Resources Institute

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sobrecargar las infraestructuras de vivienda, de suministro de agua limpiay de saneamiento.Cuando es tiempo de tomar decisiones sobre el uso y la conservacióndel recurso natural, los refugiados no pueden tener voz en las decisionesporque no son ciudadanos de hecho. Aun cuando ellos regresarana sus viviendas originales, probablemente no tendrían voz paraopinar en temas de uso de la tierra y decisiones de gestión debido a lasdisputas por la propiedad de tierra o por los cambios en la políticanacional de gestión del territorio originados durante la posguerra. Porejemplo, en el Mozambique de la posguerra, el gobierno otorgó concesionescomerciales de terrenos en muchas áreas cuando las comunidadeslocales estaban aún ausentes o estaban luchando por restablecersus medios de vida, por consiguiente, no se podían unir eficazmentecontra dicha decisión (Hatton et al. 2001:64). Por otra parte, la documentaciónque respalda los derechos legales sobre la tierra y la propiedadde terrenos a menudo se ha extraviado o ha sido confiscadadurante los conflictos, como ocurrió en el sur de los Balcanes cuandoen 1999 los albaneses de Kosovo huyeron a Albania y a la antigua Repúblicayugoslava de Macedonia (PNUMA y CNUAH 1999:5).La sociedad civil, minadaLa sociedad civil, tan crucial para el manejo ambiental informado,se debilita durante la guerra. La guerra frustra la capacidad de las organizacionesno gubernamentales (ONG) y de los medios de comunicaciónpara operar. También es más difícil que las personas puedan congregarse,comunicar entre sí dentro y fuera de sus fronteras y accedera la información. El índice de crecimiento de las ONG normalmente eslimitado en tiempos de conflicto y aumenta durante los años posterioresal cese del mismo. En Bosnia y Herzegovina, por ejemplo, las ONGecologistas aumentaron a nivel local, municipal, regional y nacionalantes de comenzar la violencia militar. Los gobiernos locales consolidaronalgunos trabajos de varias organizaciones agrícolas y las ONGtenían voz en las decisiones que afectaban al medio ambiente y rutinariamentetrabajaban con los gobiernos, los grupos religiosos y las institucionescientíficas. Durante la guerra, sin embargo, la mayoría de lasONG se vieron obligadas a dejar de funcionar o se limitaron a trabajaren asuntos locales (REC 1997:35).Los conflictos pueden significar el fin de la llegada de fondos provenientesdel exterior y de la participación en el trabajo medioambiental.En tiempo de guerra los financiadores extranjeros normalmentedudan en apoyar a las ONG locales. Es posible que las organizacionesinternacionales que antes eran activas en temas de educación ambiental,restauración, supervisión de la biodiversidad y el manejo del recursonatural despidan al personal, abandonen los proyectos, o vean sutrabajo destruido a causa del conflicto, como sucedió en Sierra Leona,Etiopía, la República Centroafricana y otros países (Squire 2001:24). Porejemplo, la oficina principal de un proyecto patrocinado por el BancoMundial para manejar los recursos naturales en la República Centroafricanafue destruida como resultado del conflicto, junto con una grancantidad de equipo y todo el sistema de información geográfica (GIS):la base de datos de los inventarios de los bosques que cubren el áreadel sudoeste del país. El proyecto fue interrumpido y posteriormente sesuspendió (Blom y Yamindou 2001:18).Mientras los ministerios del gobierno y los grupos de la sociedadcivil están desorganizados tras acabar un conflicto, el sector privadomuy a menudo es capaz de movilizarse para aprovecharse rápidamentede ese vacío. Así, después del Acuerdo de Paz de Mozambique de 1992,los cazadores y las empresas forestales de las áreas urbanas seguían alos equipos de construcción para el restablecimiento de la red de carreteras,aprovechándose de los nuevos accesos a las zonas forestales y ala vida silvestre. Los rápidos beneficios así conseguidos dejaban a lascomunidades de la provincia con una base de recursos empobrecidasobre la que reconstruir sus medios de vida (Hatton et al. 2001:11, 47-48).La derrota de la sostenibilidadEs obvio que un país en paz tiene normalmente una estabilidad económicay civil que fomenta el desarrollo sostenible. Los conflictos apunto de estallar y el estallido de la violencia aminoran el crecimientoeconómico y reducen la libertad para innovar e invertir. Los conflictosciviles africanos han impedido el avance de la introducción de unamayor transparencia y rendición de cuentas en los gobiernos, lo cual esalgo fundamental para lograr el desarrollo democrático y sostenible.La inestabilidad política y los conflictos suelen acarrear una carenciacrónica de inversión específica para proteger el ambiente por partede los gobiernos, los ciudadanos y las empresas. En la Península Arábigalos conflictos políticos y militares han dañado el desarrollo delsector hídrico, contribuyendo a la escasez y el deterioro de la calidaddel agua (PNUMA 2002:175).Por otro lado, a veces el período de posguerra puede brindar oportunidadespara mejorar la creación de políticas y actitudes nuevas que puedenbeneficiar realmente las perspectivas ambientales de una nación.Eso sucedió en Uganda y Mozambique cuando la legislación sobre recursosnaturales promulgada bajo el nuevo gobierno concedió mayores oportunidadesparticipativas a la comunidad para manejar aquéllos (Oglethorpe2002). En 2001, el nuevo gobierno de Afganistán creó un Ministeriodel Ambiente, el primero en la historia del país (PNUMA 2003:92).Bajo ciertas condiciones, las alteraciones que produce la guerrapueden trabajar en favor del medio ambiente (Matthew et al. 2002:42).Las presiones en relación con el desarrollo y la transformación del bosquepueden disminuir cuando las poblaciones huyen de las zonas destruidaspor la guerra, y los recursos podrían hacerse inaccesibles a laexplotación en las áreas que el ejército designa como zonas de accesoprohibido. Sin embargo, estos beneficios son completamente incidentalesy pasan inadvertidos, compensando raramente el daño ambientaly la destrucción directa del tejido social y económico que la guerra acarrea(McNeely 2000:365).En medio de la brutalidad de la guerra, la muerte y las necesidades,el medio ambiente puede aparecer como una víctima sin importancia.Sin embargo, la destrucción del ambiente, junto con la desaparición dela adopción de decisiones informadas, podría prolongar el sufrimientohumano durante décadas, minando los cimientos del progreso social yde la seguridad económica.Capítulo 2: La gestión de los asuntos ambientales en la actualidad27

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