12.07.2015 Views

Discursos a mis estudiantes - David Cox

Discursos a mis estudiantes - David Cox

Discursos a mis estudiantes - David Cox

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Santo," reza el credo. Es de temerse que muchos no hagan a este un real articulo de fe. Andar deaquí para allá toda la semana malgastando el tiempo, y atenernos después ayuda del EspírituSanto, es una necia presunción que acusa el atentado de que el Señor solape, vuestra pereza ypunible apatía; pero al tratarse dc una emergencia, es ya muy diferente la cuestión. Cuando unhombre se ve ineludiblemente compelido a hablar sin ninguna previa preparación, es cuandodebe lleno de confianza, entregarse al Espíritu de Dios, el cual sin duda ninguna, se pone encontacto con la inteligencia humana, la levanta de su debilidad y confusión, la eleva y fortalece,y la pone en aptitud tanto de entender como de expresar la verdad divina, de un modo muysuperior al que lo hacia si se atuviera sólo a sus esfuerzos propios. Interposiciones semejantes, lo<strong>mis</strong>mo que cualquier otro milagro. de ningún modo nos autoriza a dejar de esforzarnos o decorrernos luchas para adquirir suficiente idoneidad; debemos sólo verlas como auxilio dcl Señorcon el cual podemos contar llegada una emergencia. Su espíritu estará siempre con nosotros,pero especialmente cuando no omitamos diligencia ninguna por servirle. Encarecidamente osaconsejo que no aventuréis haciendo improvisaciones, más de lo que os veáis compelidos a ello,hasta que hayáis adquirido madurez en vuestro ministerio, y a la vez os exhorto a que habléis deesa manera siempre que no podáis racionalmente evitarlo, con la creencia firme de que en esa<strong>mis</strong>ma hora, se os sugerirá lo que debéis decir.Si tenéis la fortuna de haber adquirido la facultad de hablar sin preparación, os ruego querecordéis que podéis muy fácilmente perderla. Esta es una cosa que a mí <strong>mis</strong>mo me ha acaecido,y os lo digo, porque es la mayor evidencia que puedo daros sobre ese particular. Si por dosdomingos sucesivos hago <strong>mis</strong> notas un poco más extensas y detalladas que de costumbre, halloen la tercera ocasión que las necesito más largas todavía; y observo también que si a veces confíoun poco mas en el recuerdo de <strong>mis</strong> pensamientos, y no tengo la prontitud de expresión a queestoy acostumbrado, es porque hay una cierta exigencia y una necesidad mayor de previacomposición. Si un hombre comienza a andar con un bastón en la mano, simplemente por antojo,pronto llegará a ser eso para él una servidumbre o necesidad. SI por algún motivo usáis confrecuencia anteojos, no podréis después pasárosla sin ellos; y si tuvierais que andar con muletaspor un mes, al fin de ese tiempo os serian casi necesarias para moveros, por más que vuestrosmiembros estuviesen tan buenos y sanos como los de otro cualquiera. Los malos usos formanuna mala naturaleza. Continuamente debéis ejercitaros en hablar de improviso; y si paraproporcionaros oportunidades de hacerlo, tu-vieseis que hacer uso de la palabra frecuentementeen las más cortas aldeas, en las escuelas de nuestros villorrios, o dirigiéndose a dos o trespersonas que se hallen a vuestro lado, el provecho que saquéis será notado por todos.Puede ahorraros sorpresas y disgustos, el saber de antemano que sufrirá grandes cambios vuestromodo de expresaros. Hoy vuestra lengua puede ser la pluma de un diestro escritor; mañanavuestros pensamientos y palabras estarán como en prisión Las cosas vivas son sensibles y estánafectadas por diversas fuerzas: sólo con las meramente mecánicas puede contarse con absolutacerteza. No extrañéis que a menudo tengáis que persuadiros de que habéis fracasado, ni os causeadmiración saber después que entonces precisamente es cuando habéis tenido un éxito mejor. Nodebéis esperar adquirir competencia por vosotros <strong>mis</strong>mos, que ni la costumbre ni el ejerciciopodrán nunca independeros del auxilio divino. Y si habéis predicado cuarenta y nueve vecesconsecutivas sin previa preparación, esto no os servirá de excusa para que confiéis en vosotros<strong>mis</strong>mos al ir a hacerlo por la quincuagésima ocasión, pues si el Señor os dejare de su mano, no119

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!