12.07.2015 Views

Discursos a mis estudiantes - David Cox

Discursos a mis estudiantes - David Cox

Discursos a mis estudiantes - David Cox

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

concebirse, que el zumbido constante de un escarabajo o de una mosca en el oído? ¿Qué facultadtenéis para cometer libremente semejante crueldad en las victimas desamparadas que asistan avuestras monótonas predicaciones? La Naturaleza bondadosamente liberta con frecuencia a lasdesgraciadas víctimas del monótono predicador, del pleno efecto de los tormentos que éstecausa, haciéndolas dormir. Empero como no es esto lo que deseáis, debéis evitarlo variando lostonos de vuestra voz. ¡Cuántos ministros se olvidan de que la monotonía hace dormir a susauditorios Me temo que el cargo hecho por un escritor en la "Revista Imperial," sea literalmenteverdadero en cuanto a muchos de <strong>mis</strong> hermanos en el ministerio. Dice así: "Todos sabemos queel ruido del agua Corriente, o el murmullo de la mar, o el suspiro del viento meridional entre lospinos, o el arrullo de las palomas, produce una languidez deliciosa y soñolienta. Lejos denosotros sea mejor que la voz de un predicador moderno se asemeja, ni aun en la cosa másmínima, a ninguno de estos sonidos; sin embargo, el resultado de una y otra cosa es el <strong>mis</strong>mo, yhay pocos que puedan resistir a las influencias soporíferas de una disertación larga pronunciadasin la menor variación de tono o cambio de expresión." En verdad el uso muy excepcional de lafrase "un discurso despertador," aun por los que están más familiarizados con esta clase deasuntos, implica que casi todas las arengas del púlpito tienden a hacer dormir. El caso es muymalo cuando el predicador deja a sus oyentes perplejos y comprimidos entre el texto que dice"velad y orad," y el sermón que dice "dejaos dormir." Por musical que fuera vuestra voz en si<strong>mis</strong>ma, si seguís tocando el <strong>mis</strong>mo tono sin cesar, vuestros oyentes pronto percibirán quevuestras notas les agradan más de lejos que de cerca. Os exhorto en nombre de la humanidad, aque ceséis de entonar y empecéis a hablar de un modo natural. Si lo expuesto no es suficientepara convenceros, agregaré por estar tan profundamente interesado en este asunto, un argumentobasado en vuestro propio bien. Si no queréis compadecer a vuestros oyentes, tened compasión almenos de vosotros <strong>mis</strong>mos, recordando que así como le place a Dios en su sabiduría infinita,imponer siempre un castigo a todo pecado ya sea contra sus leyes naturales, ya contra lasmorales, así es castigada muchas veces la monotonía con aquella enfermedad peligrosa a que sele llama dysphonia clericorum, o en otras palabras, dolor clerical de garganta. Si algunoshermanos disfrutan el amor de sus feligreses en tal grado que éstos no tengan inconvenienteninguna en pagar una cantidad considerable para que sus pastores hagan un viaje de recreo hastaJerusalén en tal caso se toma en bien de ellos una ligera bronquitis, de tal manera que miargumento actual no les turbará su serenidad de ánimo; pero semejante suerte no me toca a mí,puesto que para mi la bronquitis quiere decir una molestia insoportable; y por tanto, adoptaría yocualquier consejo racional para evitarla. Si queréis arruinar por completo vuestras gargantas,podéis hacerlo muy pronto y con mucha facilidad, pero si por el contrario, queréis conservarlas,ateneos a lo expuesto. He comparado muchas veces en este lugar, la voz humana con un tambor.Si el que toca el tambor siempre diera golpes en el <strong>mis</strong>mo lugar del parche, éste pronto seagujerase; pero cuánto tiempo no le habría servido si hubiera variado algo sus golpes, haciendouso de toda la superficie de la piel'. Lo <strong>mis</strong>mo pasa con la voz de un hombre. Si hace usosiempre del <strong>mis</strong>mo tono, gastará, digámoslo así, muy pronto aquella parte de la garganta que seemplea en producir la monotonía y se apoderará de él la bronquitis. He oído decir a los cirujanos,que la bronquitis de los disidentes difiere de la que se encuentra en la Iglesia de Inglaterra. Hayun acento particular eclesiástico, por decirlo así, que agrada mucho a los que pertenecen a laIglesia Anglicana. Consiste en una especie de grandeza que parece haberse producido por uncampanario situado en la garganta del predicador. Este da vueltas a las palabras en su boca, ydespués de haberlas volteado hacia abajo, las pronuncia de una manera muy aristocrática,teológica, clerical y sobrenatural. Bien, si un hombre que habla de este modo tan poco natural, no92

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!