ABRIR II PARTE. CAPÍTULO V. - Universidad Complutense de Madrid

educido grupo de criados. Este no fue el caso de Honorato, quien (por las características de
su relación con Vives) estableció por cuenta propia un contrato de pupilaje con su paisano,
hecho inverosímil si todavía no hubiera sido emancipado de la autoridad paterna. Para
sobrevivir en Lovaina, Vives se vio obligado a concertar pupilajes con estudiantes, que
venían a Lovaina a estudiar. Honorato llegó a Lovaina en 1522, y Vives le proporcionó en
su casa no sólo comida y alojamiento, sino también estudios, si bien, por poco tiempo. En
1523 Vives pasó a Inglaterra, donde se le ofreció ser preceptor de la princesa María Tudor
y profesor en Oxford. Esto plantea algunas dudas con respecto a su relación con Honorato,
que debió ser menos continuada de lo que hasta ahora se pensaba.
La intensidad, sin embargo, está fuera de toda duda. Aunque Honorato y Vives sólo
vivieran un año bajo el mismo techo, debieron seguir encontrándose durante los años si-
guientes, aprovechando los viajes que Vives hacia con cierta asiduidad desde Inglaterra
hasta Brujas, para reencontrarse con su familia o dar alguna de sus obras a la imprenta. En
este tiempo, una gran estima se desarrollé entre maestro y discipulo, y no fue menor el
provecho que Honorato Juan sacó de las enseñanzas de Vives, tanto en el uso del latín y del
griego, como en el resto de las disciplinas humanísticas. El hecho de que más tarde Honora-
to fuera elogiado por su conocimiento del latín, del griego y del hebreo nos hace suponer
que estudió en el Colegio Trilinglie de Lovaina. Durante los años de su estancia en Lovai-
na, Honorato Juan asistió a la publicación de obras señaladas de Vives. Títulos como La
instrucción de la mujer cristiana (1523), la Introducción a la sabiduría (1524), o Del
socorro de los pobres (1526), nos sitúan dentro de la atmósfera intelectual y espiritual que
Honorato Juan respiré en la casa de Vives, verdadera sc/zola domestica. Bajo su magisterio,
Honorato se familiarizó con el movimiento humanístico europeo, aprendió las lenguas latina
y griega, así como la filosofía, literatura e historia de las antiguas Grecia y Roma. Estudió
aspectos de las matemáticas, la astrología y la arquitectura de su tiempo, y se imbuyó del
espíritu erasmiano imperante entonces123. Entre sus maestros lovanienses estuvo, con toda
probabilidad, Conrad Goclenius, humanista, amigo personal de Erasmo y de Vives, y
123.CAMPO MUÑOZ. “Honorato Juan, obispo de Osma”. Op. cit, p. 225. Idea en la que
insiste en Honorato Juan, hwnanisra. Op. cit. pp. 38-39.
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