ABRIR II PARTE. CAPÍTULO V. - Universidad Complutense de Madrid

universidad de Alcalá de Henares y con el cabildo catedralicio, su figura más representativa
seguía siendo Juan de Vergara. Muestra de esta pervivencia del erasmismo en Toledo, al
inicio del período de Silíceo como arzobispo, son Las canas en refranes (Toledo, 1546) de
Blasco de Garay, racionero de la catedral98, quien dedicó al nuevo prelado un discurso de
bienvenida, en nombre del cabildo, y los trabajos humanísticos de Alvar Gómez de Castro,
quien redactó una relación, la Publica laetitia, sobre los festejos celebrados en Alcalá con
motivo de la visita del prelado en 1546. Sin embargo, las esperanzas puestas en Silíceo
pronto se vieron defraudadas. Con su gobierno, la vida cultural toledana entró en franco
declive, el conflicto entre el arzobispado y la universidad se intensificó, desembocando en
la prisión del canciller Luis de la Cadena. En definitiva, Toledo no se recuperará como
centro de cultura hasta el regreso de la Corte a Madrid en la década de 1560. El contraste
con el humanismo erasmizante que se desarrollaba al mismo tiempo en la corte de Vallado-
lid es muy notable.
Esto no significa que desde el entorno del prelado no se planteara mantener una
influencia en en entorno principesco. Es más, cuando en 1546 Antonio de Honcala dedicó
al príncipe Felipe su Pentaplon Christianaepietatis, su tratado debe ser comprendido como
una respuesta al humanismo imperante por entonces en Valladolid. Honcala, quien hizo
entrega al príncipe de un ejemplar, ricamente encuadernado99, incluyó tras la dedicatoria
una interesante estampa, diseñada por el propio autor, quien aparece retratado en el margen
izquierdo de la escena. En ella se representan los caminos del bien y del nial, con sus res-
pectivas metas: el cielo y el infierno. En la abigarrada composición se representan las vías
del vicio y de la virtud sobre los dos ramos de una gran ypsilon griega, que se abre dejando
en el centro un Cristo en la cruz. En la base de la letra se representa al príncipe en vanos
estadios de su edad. El prototipo que sigue Honcala en esta complicada composición, según
98 .Bataillon llamó la atención sobre la filiación erasmizante de esta obra (Erasmo y Espafla.
Op. cit., p. 591, y ha dedicado un análisis más detallado Rogelio REYES CANO. “Un testimonio
de la literatura erasmista: las < > de Blasco de Garay”. Archivo
Hispalense. 45, pp. 1-20.
99.Antonii Honcalae Yangvensis Sacrae Theologiae Magistri, Abulensis Canonici Pentaplon
Christianaepietatis. In¡erprerazvr avtem Pentaplon, quin¡uplex explanado. (Alcalá de Henares,
Juan de Brocar, 1546. Infol). RiBME. 7-II-li.
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