ABRIR II PARTE. CAPÍTULO V. - Universidad Complutense de Madrid

epleta de referencias arqueológicas e ilustrada por un exquisito conocedor de los monumen-
tos antiguos, trataremos más adelante. El De Asse, en cambio, entra más de lleno en las
pautas eruditas de la anticuaria renacentista. Considerada como la obra maestra de Budé,
Vives la recomienda como lectura escolar’ 48. En el De Asse el humanista francés se había
propuesto el estudio de la metrología antigua (un tema que había desconcertado a Ermolao
Barbaro y Policiano). Budé quería descubrir dos cosas: el valor exacto de las monedas y
medidas de los antiguos, y sus equivalentes modernos, pero fue más allá de su objetivo
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declarado, gracias a las innumerables disgresiones que , y que en el ejemplar
del Príncipe se incrementan con la copia de Grolier150.
Los estudios arqueológicos del Príncipe tuvieron en 1542 otro hito importante duran-
te el viaje que hizo por la Corona de Aragón. En el litoral levantino español todavía estaba
muy presente el pasado romano, y el príncipe tuvo la oportunidad de visitas las minas
romanas de Murviedro, ciudad valenciana que Jean de Vandenesse identifica como la anti-
gua “Sagunthus” , famosa por sus antigUedades, entre ellas el teatro y una esfinge de Scipión
el Africano151. La visita a estas ruinas, que el Príncipe realizó acompañado por sus precep-
tares, tuvo carácter de lección de historia y arte. Durante este itinerario por Navarra y la
Corona de Aragón Honorato Juan debió recoger cierto número de inscripciones latinas,
conservadas en Vililla de Aragón, Medinaceli, Hariza de Aragón, Monasterio de Huerta,
Tarazona, Rosas, Ampurias, Puigcerda, Blanes, Barcelona, Vich, Tarragona, Barcelona y
Valencia, pueblos y ciudades que coinciden con el trayecto seguido por el joven príncipe y
148.Escribe a Montjoy: “ Guillermo Budé, en sus anotaciones de las Pandectas, y en el As,
desentierra de las ruinas tenebrosas y profundísimas en que yacían muchísimos conocimientos,
y revela cosas ignoradas aun de los doctos, y prestó a las letras del Renacimiento un servicio
inestimable”. (VIVES. Pedagogía pueril. Op. cit. Carta II, p. 746).
149.CIfra WEISS, Roberto. “Renovación de la cultura. El humanismo desde Petrarca a Erasmo”.
En HAY, Denis (dir.) La época del Renacimiento. Colección Historia de las Civilizaciones.
(Madrid, 1988). T. 7, p. 199.
150.Gvillielmi Bvdaei parisiensis secretan] Reg¿j libri y de Asse, et parfibus elus post duas
Parisiensis impressiones ab eodem ipso Budaeo castigail. idque authore Jo. Groliero Lugdunensi
Christianissimi Gallorum Regis Secretario. et Gallicarum copiarum... (Venecia, Andrea
d’Asola e hijos de Aldo, 1522. In 40). RBME. 75-VII-6.
151.GACHAR~, M. Collection des Voyages des Souverains des Pays-Bas. Iuinéraire de Charles-Quiní,
de 1514 a 1551 par Jean de Vandenesse. (Bruselas, F. Hayez, 1874). II, p. 248.
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