ABRIR II PARTE. CAPÍTULO V. - Universidad Complutense de Madrid

Sin duda, fue en estos manuales de Durero, impresos con magníficas series de
estampas sobre las reglas de la perspectiva, el volumen de las figuras geométricas y los
diferentes cánones del cuerpo humano, donde el príncipe adquirió buena parte de sus
conocimientos sobre el arte pictórico. Esto se corresponde con la posterior y muy notable
predilección de Felipe II por la obra artística de Durero, de la que fue uno de los mayores
coleccionistas215. Sobre las supuestas habilidades pictóricas del monarca existe una amplia
tradición, en la práctica no documentada, pero con grandes visos de verosimilitud216 hasta el
217
punto de que le ha sido atribuida la autoría de varios lienzos . A su educación artística no
debió ser ajeno, durante estos años, su antiguo maestro de dibujo, Diego de Arroyo, a
quien Felipe elevó al rango de pintor de cámara. Las libranzas a él dirigidas desde la época
de la Emperatriz hasta 1548 nos reflejan las actividades de un pintor de Corte, retratista e
iluminador, muy vinculado siempre con las inquietudes pictóricas del Príncipe218. Arroyo
215.CHECA CREMADES. Felipe II mecenas de las artes. Op. cit., p. 420. Sobre el contenido
de esta colección de dibujos de Durero, propiedad de Felipe II, y conservada hoy en El Escorial,
vid ANDRES, Gregorio de. “Catálogo de las colecciones de dibujos de la Real Biblioteca
de El Escorial”. Archivo Español de Arte, 45 (anejo).
2 16.Hacia 1556 el embajador veneciano Federico Badoaro menciona el interés del monarca hacia
la pintura y la escultura, “de las que -dice- tiene ciertas noticias, agradándole ejercitarse en
estas dos artes” (GACHARD, Luis Próspero. Carlos Vy Felipe lía través de sus contemporáneos.
Traducción de Ciriaco Pérez Bustamante. (Madrid, 1944), p. 39. Que este rumor se
extendió durante la vida de Felipe II nos los indican diversos testimonios, desde el pintor
cremonés Antonio Campi, quien en 1585 afirmaba que el rey hacia de su mano “disegni
maravigliosi” (CAMPI. Historia de Cremona. (Cremona, 1585). Cit. por Carlos Bratli, Felipe
II, Rey de España. 0p. cit., p. 112), hasta Pacheco y Palomino, quienes escriben que Felipe II
“no careció en opinión de muchos, desta gloria y exercicio del dibujo” (PACHECO, Francisco.
Arte de la Pintura. (Madrid, 1961, ed. de Sánchez Cantón). 1, p. 171; y PALOMINO Y
VELASCO, Antonio A. El Museo Pictórico. (Madrid, ed. Aguilar, 1947), p. 186).
217.Geofrey Parker recoge la tradición que atribuía a Felipe lila autoría de un San José, presente
en la iglesia parroquial del Escorial hasta la Guerra Civil, (Felipe IL Op. cit., p. 69); y en
el inventario de los bienes de don García de Loaysa, maestro de Felipe III y arzobispo de
Toledo, efectuado en 1599, figuraba un cuadro de caza “que dizen que hizo y pintó de su
mano el rey Don Felipe nuestro señor que está en gloria” (Luis ASTRANA MARIN, en el
prólogo al libro de Amancio PORTABALES. Maestros mayores, arquitectos y aparejadores de
El Escorial. (Madrid, 1958), pp. 8-9)..
218.Estas libranzas en los Libros de Cámara del príncipe Felipe. (AGS. CSR. Leg. 36, FOLS.
1 0y 80. Parte se publicaron en la RABM, en un artículo titulado “Variedades”. y (1875), Pp.
229-232.
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