ABRIR II PARTE. CAPÍTULO V. - Universidad Complutense de Madrid

Hércules “enseñante a ti aquellos como por honestos juicios y diligente industria, nunca
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cansado de obrar bien, se gana después el cielo” . Pero la empresa adoptada por su hijo no
se basa en alguno de los doce trabajos del semidios (sobre los que era alegorizada la imagen
de Carlos y), sino en la fábula de las dos serpientes estranguladas por Hércules niño. Como
Felipe todavía era muy joven, este mito le cuadraba mejor que, por ejemplo, el de los
bueyes de Gerión, desde un punto de vista simbólico. Quizá en su “Declaración”, Vargas
jugaba, siguiendo a Erasmo, con la relación entre un Hércules que se ganó el Olimpo desde
la cuna, y Felipe el cielo desde su mocedad. En esta misma línea, a fines del siglo XVI
Capacio interpretaba las empresas que mostraban las serpientes de Hércules como la victoria
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de la virtud sobre los placeres desde la infancia , y en 1653 Picinelli veía en el mismo
emblema, con el lezna Fones creanrur fonibus, cuánto importa nacer de progenitores
dotados de cualidades heróicas y señaladas253. Vargas debió conciliar todos estos simbolismos
en su “Declaragion”. No olvidemos que los mitos de Hércules, ligados tradicionalmente a
los Habsburgo, y sobre todo a la imagen heroica de Carlos V, tenían una vinculación muy
importante con la historia mítica de España. En 1543, la entrada del príncipe con su esposa
en Salamanca fue saludada con una serie de arcos, estatuas y letreros, a la romana, según
nana el obispo Alonso de Sanabria:
Ovo un resQibimiento a lo antiguo: en medio del, un Hercoles de bulto, y a los
dos lados, Palas y Minina, y en tomo muchos versos y epigramas. Ansymesmo obo otro
resgibimiento a la puerta del ryo, con hermosas ynvenqiones. Por la vibdad ovo arcos muy
buenos, principalmente el de la unyversidad, no menos de admiracion llenos, aunque de
madera, que los antiguos romanos