ABRIR II PARTE. CAPÍTULO V. - Universidad Complutense de Madrid

visitarles. En España nada le retenía. Sea como fuere, Honorato no prolongó durante
muchos meses su estancia romana. En recompensa a sus servicios como su preceptor y
consejero personal, el príncipe le otorgó en 1552 el oficio de maestro de la Ceca de Valen-
cia 13• Con este oficio no sólo mostraba su aprecio por el humanista valenciano, sino que le
proporcionaba, además, una muy saneada fuente de ingresos. Honorato Juan no abandonó
la Corte tras esta merced, sino que permaneció como consejero personal del príncipe, y
dejó como regente de la Ceca a su hermano Gaspar Juan, quien efectuó las acuñaciones.
Las monedas llevaban un águila, emblema de los Joan, o las siglas “0-1”, por Onorato
loan. En 1556 Felipe II otorgó nuevo provisión de maestro de la Ceca en favor de cierto
Juan Sánchez, pero el cambio debió ser sólo temporal. Tras mediar alguna protesta del
antiguo preceptor, el Rey le volvió a conferir la monederla en 1557. En 1564 Honorato
resignó el oficio en su sobrino Luis Juan, hijo de Gaspar, aunque como entonces Luis era
todavía menor de edad, su padre siguió rigiendo durante un tiempo la Ceca 14.
Pero la mayor muestra de aprecio que el príncipe Felipe mostró hacia el antiguo
discipulo de Vives en Lovaina, y preceptor suyo en la schola palatina, fue escogerle como
maestro de su hijo el infante don Carlos. Alonso García Matamoros, que había conocido a
Honorato como al doctor Constantino en la visita de la Corte a la universidad de Alcalá, se
deshace en elogios hacia el humanista valenciano, gran figura intelectual en la Corte de don
Felipe: “Por amor a las letras, casi niño, ya recorría los más remotos pueblos y apanadas
regiones, estudiando el carácter de las gentes, experiencia que le fue muy útil y ventajosa en
la corte del rey [en el original latino “príncipe”] Felipe de España”. Y se sorprende de que
hombre tan adornado de todas las cualidades y dotes necesarias para sobresalir en la repú-
blica, “no le haya encargado ya el Rey la educación de su hijo, el príncipe Carlos, del
mismo modo que en otro tiempo el rey Felipe de Macedonia escogió a Aristóteles para
preceptor de su hijo Alejandro, a quien había de imbuir las normas de la moral y los princi-
13.MATEU Y LLOPIS, Felipe. “Para el estudio de la política monetaria durante Carlos 1 y
Felipe II: La situación en el Reino de valencia, de 1547 a 1566”. Numisma, 9 (1953), pp. 49 y
ss, en especial desde la p. 54.
14.Ibídem, p. 56.
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