ABRIR II PARTE. CAPÍTULO V. - Universidad Complutense de Madrid

3. El irenismo filipino y la restauración del catolicismo en Inglaterra (1554-
1555).
La maduración religiosa del príncipe Felipe fue un proceso que hay que relacionar
tanto con su propia madurez física e intelectual, como con diversos factores externos que
incidieron en gran manera sobre la evolución de la espiritualidad española a mediados del
siglo XVI. El descubrimiento de la Alemania protestante durante el “Felicísimo viaje”, la
reanudación del Concilio de Trento en 1551, la traición de Mauricio de Sajonia y de los
príncipes alemanes en 1552, que obligó a la huida de Carlos Y, y el cambio o viraje religio-
so de 1555 en España, constituyen los cuatro aspectos que de manera más destacable influ-
yeron en la evolución de la espiritualidad filipina. No obstante, tras todos ellos subyacen
dos elementos de gran importancia: la división de la Cristiandad y el agotamiento espiritual
del modelo erasmista de religión.
En ocasiones se tiende a olvidar que el erasmismo español era un movimiento
plenamente católico. Excepto contados nombres, ningún erasmista cayó en la herejía, y el
movimiento se caracterizó por procurar limar las afirmaciones de Erasmo más sospechosas
de heterodoxia. A medida que la herejía fue consolidándose y convirtiéndose en un grave
problema político y social, la actitud de los erasmistas fue haciéndose más beligerante. En
su crónica de Carlos Y (c. 1545), Bernabé del Busto pone de manifiesto su gran repugnan-
cia hacia los “errores” de Lutero, inquina que personaliza en el Arzobispo de Colonia: “...
antiguamente Bona se llamó Berona, es sujeta al obispo de Colonia, vno de los Eletores, el
qual a la sazón hera onbre anciano y crecido en hedad, pero muy ruin erudito profano y de
malas costunbres, porque allende que en el auito y traje andaua, como llego hera grande
Erege, que apanado de la rreligión catolica, seguía la seta luterana e la hazia predicar por
sus tierras... ,,36• La personalización no es casual, Busto como buen erasmista, retoma el
adagio “monachatus non est pietas” para atacar con dureza no sólo la herejía, sino también
36.BUSTO, Bernabé de. Historia de Carlos y. RBME. Ms. L-I-6, fol. 145v.
711