ABRIR II PARTE. CAPÍTULO V. - Universidad Complutense de Madrid

parte a este su maestro y vasallo de cosas que por alía pasan y de lo que le pareqiere conuiene
a su semivio, pues sabe que en el mundo no tiene persona que más le ame y desee su
felicidad. Yo estoy bueno de salud y con grand deseo de me emplear en cosas grandes que
toquen primero al seruiqio de dyos y despues al de vra, al. cuya muy alta y muy poderosa
haga dios bienauenturada amen” 156.
Para suavizar un tanto su relación con don Felipe, le envió un ejemplar de su De
diuino nomine lesus, que Gonzalo Pérez entregó al príncipe: “Bien sé que las muchas
ocupaciones que vra, al. tiene no daran lugar a rresponder a mis cartas y por esta causa
escriuo pocas vezes. GonQalo perez me escriuio como avia dado a vra, al. vna carta mya y
vn libro que estos dyas pasados compuse, no sé como le avra pare~ido, aca los que algo
entienden lo tienen por cosa agertada, en semejantes cosas me ocupo despues de ayer
complido con my oficio”
A pesar de la importancia que la estancia del príncipe Felipe en los Paises Bajos
tuvo en el posterior florecimiento del movimiento que hemos convenido en denominar como
“erasmismo filipino”, de no menos interés fue el tránsito del séquito principesco a través del
norte de Italia, viaje que significó un profundizamiento del interés de don Felipe por la
cultura italiana. Recibido no tanto como Duque de Milán, ya que esta investidura se había
mantenido en secreto, los humanista italianos acogieron a don Felipe como el nuevo Impe-
ratore, destinado a suceder a Carlos V. En Pavía Calvete se entretuvo en describir la
Universidad y las Escuelas instituidas por Carlo Magno, “las cuales estaban ornadas de dos
de los más excelentes y celebrados varones en letras que hay en nuestros tiempos y más
conocidos por sus obras y libros que han escrito y publicado con inmortal fama suya. El
uno, el Doctor Andrea Alciato, Jurisconsulto, y el otro Jerónimo Cardano, famoso Médico
y Matemático, a los cuales, por ser tan señalados, los fueron a ver muchos hombres doctos
cortesanos” 58, Entre éstos debió estar, sin duda, el propio Calvete de Estrella, quien en
los años anteriores había adquirido varias obras de ambos autores para la biblioteca del
156.AGS. ~H. Leg. 22, fol. 98. Silíceo a don Felipe. Toledo, 11-mar-1551.
157.Ibldem, fol. 101. Silíceo a don Felipe. Toledo, 16-abr-1551.
158.CALVETE. El Felicisimo viaje. Op. cit. 1, p. 55.
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