ABRIR II PARTE. CAPÍTULO V. - Universidad Complutense de Madrid

cual todas las obras históricas serias tuvieron que cambiar sustancialmente. Aunque en el
alío anterior se había comprado el Epitome de Eneas Silvio Piccolomini a Biondo, cabe
preguntarse por qué siendo sus Decadae la pieza fundacional de la historia moderna, de
corte humanístico, su lectura estuvo tanto tiempo ausente. La respuesta parece estar en la
falta de estilo del italiano, a veces aburrido, y en sus errores, tanto en la cronología, como
en la narración de los hechos, corregidos por la historiografía posterior. Quizá por esto, a
Calvete no le interesó tanto esta obra de Flavio, como su obra sobre las antiguedades de
Roma, de gran importancia para su educación arqueológica del príncipe Felipe, como
veremos a continuación.
Durante la primera mitad de 1545, don Felipe continuó sus estudios, pero en estos
meses sólo una nueva obra de historia entró en su biblioteca: una edición aldina de Cornelio
114
Tácito , el historiador romano rescatado del olvido por el Renacimiento. Otras disciplinas,
como la arquitectura, predominan en esta última compra de libros escolares. Sin
embargo, esto no significa que la Historia dejara de interesar al príncipe. No sólo Calvete
siguió comprando crónicas e historias latinas y griegas para su biblioteca durante los años
siguientes, sino que es a partir de entonces, cuando el propio Felipe se embarca en una
primera empresa editorial historiográfica, la edición de una manuscrito de Tito Livio, que
había sido ofrecida al Emperador. Núñez informa a Zurita de su opinión sobre este asunto y
del interés del Príncipe por él:
Cuanto a lo del Tito Livio, acá no tenemos más nueva de lo que de ella se rezuma,
que se lo han escrito al emperador y que su alteza da prisa en la impresión y que ha
mandado le trayan siete o ocho de ellos. Pero si su Majestad me creyera, más mandará que
le trujieren el original viejo que se halló, digo después de haberse imprimido” 115.
Este interés de don Felipe por una nueva edición de Tito Livio, corregida y enmen-
dada según un códice antiguo, nos revela hasta qué punto la educación historiográfica reci-
1 14.Cornelivs Tacitvs exacta cvra recognin’s, et emeradatvs. Copiosvs iradex rervm, locorvm, e:
personarvm. de qvibvs ira his libris agitvr. Varia lectio, ira calce operis impressa. (Venecia,
Aldo Manuzio y Andrea d’Asola, 1534. In 4