ABRIR II PARTE. CAPÍTULO V. - Universidad Complutense de Madrid

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sabroso, e imbuyéndose, al mismo tiempo, de sus grandes responsabilidades como príncipe cristiano, con la lectura de la Querela y de la Institutio. Por un lado, sátiras y gracias, por otro lado -como en el perfecto espejo que Erasmo hubiera querido dar a sus obras-, las miserias de la guerra y las servidumbres del poder. La escuela principesca erasmizaba, tal y como en un pasado no muy lejano Valdés, Siculo o Busto habían anhelado. Pero no se trataba tan sólo de un homenaje al latín de Erasmo, era también un tributo a su pensamien- to. Estas lecturas eran la consecución lógica del método gramatical implantado por Calvete. A este respecto, la elección de la Moña como lectura latina para el joven príncipe Felipe no puede sorprender. Maldonado ya recomendaba su lectura, tanto por su latín como por su contenido151. Sin duda, dentro del humanismo erasmizante, esta obra del Roterodamo era una pieza de “culto”, pero sólo a un determinado nivel. Las grandes aportaciones de Erasmo a la cultura de la época no estaban en este discurso irónico, sino en sus trabajos filológicos y bíblicos. La explicación de este uso pedagógico de la Moña parece encontrarse en los enunciados educativos que contenía. Para Rodríguez Santidrían, El Elogio de la Locura “no puede considerarse ni como pasatiempo ni como frivolidad, sino como un ins- trumento eficaz para una nueva educación ~152 En la misma lútea, González Soto considera 153 que el Elogio “representa en si mismo la concepción de un nuevo sistema educativo” pues el humanista holandés propone la educación como remedio al mundo que la Estulticia domina compatible con su innegable personalidad. Para que el hombre ocupe de nuevo el 151.” Pues él [Erasmo]en muchos pasajes de sus escritos asegura todos los males a los que se dedican con fraude y tiranía a la gramática. Pero lo dice más claramente en el Encomium Moriae, donde se burla con gracia de sus peleas, las mutuas invectivas, cuando casualmente alguien ha patinado en una palabra, cuando como viejos decrépitos no pueden apartarse de sus inepcias y sus fútiles simplezas y no desean pasar la vida en otra cosa que en hacer más tonta su estulticia”. MALDONADO. Exhortación a las buenas letras. Op. cit, p. 166. El texto al que Madonado se refiere: ROTTERDAM, Erasmo de. Elogio de la locura. (Madrid, 1992). El Libro de Bolsillo. Alianza Editorial, n0 1068, pp. 96-101, donde Erasmo critica a los granxáticos, poetas y retóricos. 152.ROTTERDAM, Erasmo de. Elogio de la Locura. (Alianza Editorial, Madrid, 1984). “El Libro de bolsillo”, n0 1068. Introducción de Pedro Rodríguez Santidrián, p. 18. 153.”El Elogio de la Locura”: Un diseño educativo en una encrucijada ideológica”. En Erasmi i l’erosm.isme. Una Col.laboració interdepartamental. IV Seminari d’aplicacions didáctiques. Departament d’Historia Moderna. (Facultad de Filosofla i Lletres de Tarragona. Universidad de Barcelona, Barcelona, 1986), p. 16. 464
sitio que le corresponde debe saber, conocer. Esta es el pensamiento que Calvete deseaba introducir en la formación del futuro Felipe II: un elogio de la educación humanista, frente a la ignorancia o la corrupción de la escolástica medieval, una crítica irónica y un mensaje didáctico que no debían faltar en la formación de un príncipe. De este modo, no ha de extrañar que al mismo tiempo Calvete manifieste una especial preferencia por comprar ediciones erasmianas de autores como Suetonio Tranquilo, Tito Livio, o Séneca, fruto del esfuerzo de Erasmo por la vulgarización de la cultura de la AntigUedad y por ofrecer ediciones y traducciones, corregidas según el nuevo gusto del Humanismo, y que ensancharan las posibilidades de expresión en latín’ 54. Esta será una tónica constante. En esta lista de lecturas seleccionadas para que don Felipe aprendiera a dominar lo más selecto de la latinidad, no debieron faltar los diálogos de Vives. Es probable que Calve- te aprovechara el ejemplar que había enviado en 1539 para el príncipe, junto con los dos tratados gramáticales que le acompañaban, no sólo porque Vives era un autor admirado por el preceptor aragonés, sino también porque, años más tarde, en su crónica del Felicísimo viaje (1552) se remite a un pasaje del Diálogo VIII de la Esercitatio viviana: el parto múlti- píe de la Condesa de Holanda155, leyenda que Calvete había leído también en Erasmo, en 156 sus comentarios a la Elegia de Nuce, de Ovidio . Asimismo, sabemos que Calvete adqui- 154.Sobre este papel de Erasmo, vid. RUMMEL, E. Erasmus as a Transíator of the Classics. (University of Toronto Press, 1985. 2~ ed) 155.Según una leyenda holandesa, la condesa parió en 1276 “tresciento y sesenta y cuatro infantes vivos varones y hembras”, asombroso suceso del que -recuerda Calvete al lector- “Hacen mención dello Erasmo y LuisVives en sus obras”. (CALVETE DE ESTRELLA, Juan Cristóbal. El Felicísimo viaje. Op. cit. II, p. 280. 156. Dice así Erasmo en la cita referida por Calvete: “ Miserabile est, puerperam iii pat-tu periclitatt & quoniam sensufaueterfoecunditati multosfoetus simul aedentium: maior est miseraño erga eas, quae pereunt ob partum numerosum. Numerosissimus autem estfoeminae parienti quinque. Quanquam in annalibus atque etiam monumentis Holandicis extat, unam uno partit enzxam trecentos sexaginta quinque uluos foelus, & omnis fidsse baptizatos. Extant annales, extat monumentum cum inscriptione nominis. Extat pictura. erat autem comes Hollandiae. tantula ditione tunc erant contenti princ4>es. Ostenditur et collis monasterio, in quo sepulto est, uicinus, ubi palatium habebat. Et miramur per astutos quosdam absurda quaedam esse persuasa rudi mundo, quum talibus fabulis sU habita fides, apud simplicem gentem, mdi seculo. Quanquam in his leuior est pernices. Sunt alia persuasa similibus technís, gime Christum nobis propemodum extinxerunt”. (P. Ovidii Nasonis Elegia de Nvce, cum comentario Des. Erasmi Roteridamí. En Omnia Opera. Des. Erasmi Roterodami. (Basilea, Jerónimo Froben y Nicolás Episcopio, 1540). In fol, Tomo 1, p. 1004). 465
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