ABRIR II PARTE. CAPÍTULO V. - Universidad Complutense de Madrid

de Calabria, virrey de Valencia, con don Juan de Borja, Duque de Gandía, y con don Sera-
fín de Centelles, conde de Oliva y gentilhombre de Carlos V, nobles de gran cultura que
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simpatizaban con el humanismo erasmiano y con el espiritualismo . Es en esta época
cuando Vives imagina en uno de los diálogos de la Exercitatio (desarrollando la anterior cita
literaria de su De disciplinis) a Honorato recluido en su swdiolo valenciano. En una delicio-
sa escena de sus diálogos, sitúa a Borja, Centelles y Cabanillas, amigos de Honorato, reco-
rren las calles de Valencia, discutiendo sobre el juego y alabando a las personas sabias de la
urbe, el Duque de Calabria, Angela Zapata, la Marquesa de Cenete, Vives, y a Honorato:
“- CENTELLES. (...) ¿No es Honorato Juan aquel que va en muía?
- CABANILLAS. Creo que no. Uno de mis criados que se encontró, no ha mucho,
con él le dejó estudiando en su biblioteca. Si hubiera sabido que nosotros estábamos aquí,
habría estado presente en nuestra conversación y habría dejado sus estudios” 154.
Vives inmortalizó asimismo a su discípulo en otro de sus diálogos, el undécimo, titu-
lado “El vestido y un paseo matutino”, en la persona de cierto Juan, que interviene de
manera destacada en el diálogo, junto con Maluenda (otro pupilo de Vives), Bellio y
Gomecillo, quienes se le encuentran dando un paseo matutino por Lovaina. Este Juan sólo
puede tratarse de nuestro humanista. Docto y sabio, tal y como le retrata Vives, Juan en un
personaje con identidad propia: hace un elogio de la belleza del mundo, cita a Plinio, recita
un fragmento de las Geórgicas de Virgilio y rehuye el encuentro con cierto “Orbilio”,
profesor lovaniense de literatura, al que califica de “hombre huraño, cruel, ceñudo, más
153. Vid. PONS FUSTER, Francisco. “El mecenazgo cultural de los Borja de Gandía: erasmismo
e iluminismo”. Estudis. 21(1995), pp. 23-43. Ya en 1525 el Duque de Gandía mostró interés
por las obras de Erasmo, tras las que andaba para engrosar su biblioteca. Le escribe a este
respecto el Vizconde de Ebol: “ Por lo que V. 5. huelga en leer libros yo he hablado con el
secretario barrachina que es tan amigo dellos como V. 5., y en esta ciudad sino de emprenta y
muy vulgares no se hallan: que ahun ha sido marauilla hallar las obras de erasmo que anthon
lleua, y tambien leuara (sic) a plinio si el prior de predicadores, que es el que lo ha de hazer,
stubiera aca. En viniendo yo lo tendre acerca para que V. 5. sea seruido”. (BFZ. Miró. Carpeta
23/865. El Vizconde de Ebol al Duque de Gandía, Zaragoza, 9-jun-1525). Don Juan de
Borja tuvo a su servicio al erasmista Bernardo Pérez de Chinchón, quien hacia 1527 era maestro
de sus hijos (vid. supra p. n. ). En 1542 escribió a Roma en recomendación del doctor
Mateo Pascual, por iniciativa del Vizconde de Ebol, “aunque en la persona del doctor no
concurriesen tantas qualidades como y. s. me escrive” (BFZ. Miró. Carpeta 22/848. El Duque
de Gandía al Vizconde de Ebol, Gandía, 1 1-mar-1542). Sobre el Conde de Oliva, quemado
por luterano en 1564, vid. BATAILLON. Erasmo y España. Op. ci:., pp. 728-732.
154.VIVES. Diálogos sobre la educación. Op. ci:, p. 183.
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