ABRIR II PARTE. CAPÍTULO V. - Universidad Complutense de Madrid

Felipe en su viaje a Italia y a los Países Bajos acudían en Pavía a visitar a dos grandes
hombres de letras, Alciato y Cardano; en Heidelberg recordaban a Rodolfo Agrícola; en
Brujas a Luis Vives; y todavía dedicaban con mayor frecuencia un momento al recuerdo y a
la admiración hacia Erasmo126. Del mismo modo, Francisco Márquez Villanueva, al rastrear
los orígenes del erasmismo de don Luis Zapata, presenta como un hecho muy signifi-
cativo que el viaje a los Paises Bajos se realizara “bajo tan claro signo erasmista”:
“Años más tarde, cuando el viaje de éste [elpríncipe Felipe] por los Países Bajos,
la corte entera fue recibida en Rotterdam con monumentos triunfales en honor de Erasmo y
Calvete de Estrella, humanista que también había puesto mano a la penosa tarea de enseñar
un poco de latín a D. Felipe, cuenta cómo a la mañana siguiente corrieron a visitar aquella casita humilde, con una parra
ante el portal, donde nació el gran humanista. Por el mismo Calvete, gran amigo de Zapata,
sabemos que durante la cuaresma de 1550, los cortesanos que descansaban en Bruselas, de
los ajetreos del viaje, solían asistir a los sermones de los predicadores oficiales venidos
también de España, y que eran nada menos que la extrema vanguardia del cristianismo
interior, los doctores Constantino y Agustín Cazalla, destinados a sufrir poco después los
más duros rigores inquisitoriales”t 27.
Marcel Bataillon, que no había prestado gran atención a Calvete de Estrella, ni al
Felicísimo viaje en su Erasmo y España, reparé esta ausencia, como revelan las adicciones
y correcciones recogidas por Daniel Devoto. La lectura de la crónica de Calvete y de los
trabajos de Márquez Villanueva al respecto, le llevan a concluir que: “Le vayage ata Pays-
Ras fut sans doute pour la Cour du flitur Philippe II 1 ‘occasion d ‘une rencontre avec la
gloire toujours vivante de 1 ‘homme de Rotterdam. de méme que la Cour de Charles Quint
était arrivée des Flandres en Espagne toute imprégnée de ferveur érasmienne”. Si bien,
~128
añade, “les dna phénom~nes n ‘avaient ni la méme intensité ni le méme avenir . Esto
último no es totalmente exacto. Más recientemente, Sebastián García Martínez ha observado
126.MARAVALL, José Antonio. Carlos 1/y el pensamientopolítico del Renacimiento. Op. cit,
pp. 13-14.
127.MARQUEZ VILLANUEVA, Francisco. “Don Luis Zapata o el sentido de una fuente cervantina”.
Revista de estudios Extremeños. 22 (1966), pp. 507-508. A este respecto, MAR-
QUEZ pone en guardia contra la tendencia a creer que el prestigio de Erasmo declinó durante
la mitad del siglo XVI. Vid. Fuentes literarias cervantinas. (Madrid, Ed. Gredos, 1973), Pp.
136-137.
128.BATAILLON. Erasme et l’Espagne. Op. cit. II, p. 175.
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