ABRIR II PARTE. CAPÍTULO V. - Universidad Complutense de Madrid

Crisoloras y el De constructione de Gaza, obra esta última que el humanista holandés tradujo
al latín221. Los Erotemata de Manuel Crisoloras (1350-1415) son el primer libro de
texto moderno, para la enseñanza del griego, que llegó a Occidente desde Bizancio a fines
del siglo XIV. Concebida como una gramática escolar a base de preguntas y respuestas, a
• 222
modo de un catecismo , era ideal para el aprendizaje inicial de los rudimentos gramaticales
del idioma, mientras que la gramática de Teodoro Gaza (1400-1475), natural de Tesalónica,
y profesor de griego en Ferrara, fue el primer manual moderno que incluyó la sintaxis. Por
último, los Erotemata del ateniense Demetrio Calcóndilas (1424-1511), profesor en Peru-
gia, publicados en 1493, y los de Guarini, no sólo renovaban la funcionalidad escolar del
Crisoloras, sino que incluían breves nociones de sintaxis y sobre los tiempos verbales, al
estilo de Gaza. Esta obra ofrecía una visión de conjunto sobre la gramática griega estudiada
en Europa tras la caida de Constantinopla.
Tras la base gramatical que estas obras proporcionaban, en una segunda etapa Calve-
te dedició incluir las dos obras de Clenard, con la esperanza de que introducirían al príncipe
en los problemas más áridos de la gramática. Junto con los catecismos gramaticales antiguos
aruba citados, Calvete decidió comprar la gramática de Clenard, obra que era fruto ya de
una segunda generación de helenistas (la primera impresión de sus Institutiones absolutissi-
mae es de 1530, en Lovaina), y que había sido compuesta al gusto del humanismo erasmia-
no, dotada tanto de una excelente claridad expositiva como de un notable orden didáctico223.
La elección de las institutiones Absolutissimae de CI¿nard frente al De Graecae linguae
(Alcalá de Henares, Miguel de Eguía, 1537), de Francisco de Vergara, es muy significati-
va. Como señala López Rueda, la gramática de Clenard fue una de las usadas en España
durante el siglo XVI. Es cierto que la gramática griega de Vergara era, sí, mejor, pero
también de más difícil manejo, al imitar en su estructura las Institutiones latinae de Nebrija.
Esto explica que mientras en Alcalá, decadas más tarde, en la cátedra de menores de griego
221.Cq5-a LOPEZ RUEDA. Helenistas españoles del siglo XVI. Op. cit., p. 150, n. 10.
Linacre también empleó en Oxford los Emtemata, y Budé, en París, la obra de Gaza.
222.Ibídem, pp. 149-150.
223.Ibídem, pp. 152-153.
484