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ABRIR II PARTE. CAPÍTULO V. - Universidad Complutense de Madrid

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Con lo qual, sin lo ya dicho, conforma lo que <strong>de</strong> Hesíodo refiere Erasmo diziendo:<br />

“Guarda la medida y la tasa, porque en todas las cosas es muy bueno el concierto y el<br />

medio”. Y Platón manda guardar esta misma regla, “ne quid nimis”; y Terencio, y Plauto y<br />

otros autores la alaban. Y ansi la <strong>de</strong>vemos todos tener y obe<strong>de</strong>cer; porque el medio dize el<br />

refrán latino que tienen los bienaventurados, porque en todas las cosas es lo mejor. En las<br />

quales ay principio y medio y fin: en el principio, aún quasi no son y, en el fin, se acaban;<br />

y por esso su perfección es el medio. En las zonas y regiones <strong>de</strong>l mundo, las <strong>de</strong> los cabos<br />

fueron tenidas por inhabitables; la <strong>de</strong> en medio es la templada y moramos en ella. El Sol,<br />

principal planeta entre todos, tiene el lugar <strong>de</strong> en medio entre ellos. Entre los hombres,<br />

siempre ponen en medio al más honrrado. Sin medio y medianero nunca se haze paz m<br />

concierto. Es tan excelente cosa el medio que nuestro Re<strong>de</strong>mptor, Cbristo, se preció <strong>de</strong><br />

tomar nombre <strong>de</strong> medianero entre Dios y los hombres” 281.<br />

De esta manera, el significado <strong>de</strong> la divisa adoptada por Felipe <strong>II</strong> en estos años se<br />

nos va revelando. La esperanza y el miedo eran los dos tiranos <strong>de</strong> la vida humana, que<br />

esclavizaban las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong>l hombre. Esto era aun peor en un príncipe, <strong>de</strong> quien tantos<br />

súbditos <strong>de</strong>pendían. El punto medio era el lugar idóneo para el gobierno, y la fortaleza para<br />

resistir los embates <strong>de</strong> la esperanza y <strong>de</strong>l miedo, la virtud i<strong>de</strong>al <strong>de</strong>l soberano. No en vano,<br />

en 1547 fray Luis <strong>de</strong> Alarcón se refería a esta divisa <strong>de</strong>l Príncipe en la <strong>de</strong>dicatoria <strong>de</strong> su<br />

Camino <strong>de</strong>l cielo, alertando a don Felipe para que su corazón no se moviera ni por la codi-<br />

cia, ni el temor282. Sabemos que en marzo <strong>de</strong> 1548 Diego <strong>de</strong> Arroyo hizo en Alcalá <strong>de</strong><br />

Henares “dos escudos <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uissa <strong>de</strong> su alteza, que yuan plateados por ambas partes”,<br />

283<br />

para adornar un arco durante un torneo , libranza que quizá pudiera correspon<strong>de</strong>rse con<br />

la nueva divisa principesca. Si bien no encontramos los primeros testimonios concretos <strong>de</strong><br />

esta divisa, a lo largo <strong>de</strong>l “Felicísimo viaje” <strong>de</strong>l príncipe. La primera vez en Milán, en un<br />

281. Ibí<strong>de</strong>m. <strong>II</strong>, p. 401. Llama la atención la postura heliocéntrica <strong>de</strong> Mexía, quien se manifiesta<br />

así como un lector temprano <strong>de</strong> Copérnico.<br />

282.” Porque como los coraqones humanos son facilmente mouidos y atrahidos por vía <strong>de</strong><br />

codicia o <strong>de</strong> temor, y estos dos motivos se representen en mayor grado en los principes, <strong>de</strong><br />

aqui es que cuando son malos, ligeramente caen los subditos y son peruertidos los reynos, assi<br />

como con los buenos son resucitados y en virtud establecidos”. ALARCON, Luis <strong>de</strong>. Camino<br />

<strong>de</strong>l cielo en quese <strong>de</strong>muestra como se busca y halla Dios<strong>de</strong> todo coragon chrisflano, y se<br />

<strong>de</strong>clara la maldad y ceguedad <strong>de</strong>ste mundo...( Alcalá <strong>de</strong> Henares, Juan <strong>de</strong> Brocar, 1547), fol.<br />

liv.<br />

283.AGS. CSR. Leg. 36. Fol, ¡O, fol. 298r.<br />

583

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