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RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio

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ealidad, no era más que un pequeño agujero <strong>de</strong> ventilación que se abría al<br />

garaje. Nada podía haber pasado por allí... al menos, nada <strong>de</strong> lo que ella<br />

hubiera leído u oído hablar, y eso significaba que existían peligros para <strong>los</strong> que<br />

no estaba preparada.<br />

Bertolucci todavía estaba intentando hablar. Tanto Ada como León se<br />

inclinaron para po<strong>de</strong>r oírlo mejor, esforzándose por enten<strong>de</strong>r sus doloridos<br />

susurros.<br />

—Pecho. Me ar<strong>de</strong>... duele...<br />

Ada se relajó un poco. Estaba claro: había visto u oído algo fuera <strong>de</strong> la<br />

celda, algo que le había provocado un infarto masivo. Podía compren<strong>de</strong>r eso.<br />

Una putada para el periodista, pero aquello le ahorraría el trabajo <strong>de</strong> tener que<br />

matarlo...<br />

Bertolucci extendió una mano <strong>de</strong> repente y la agarró por el antebrazo,<br />

mirándola con tal intensidad que la sorprendió. Su apretón tenía poca fuerza,<br />

pero pudo ver la <strong>de</strong>sesperación en sus ojos húmedos, una <strong>de</strong>sesperación y una<br />

pena frustrada que le inspiraron un poco <strong>de</strong> culpabilidad por lo que acababa <strong>de</strong><br />

pensar.<br />

—Nunca he contado... lo que sé sobre Irons —dijo con un fuerte suspiro.<br />

Era obvio que estaba agarrándose a la vida con las dos manos para po<strong>de</strong>r<br />

explicarlo todo—. Ha estado trabajando... para Umbrella... durante todo este<br />

tiempo. Los zombis... son fruto <strong>de</strong>... las investigaciones <strong>de</strong> Umbrella... y él<br />

encubrió <strong>los</strong> asesinatos... pero yo no pu<strong>de</strong>... <strong>de</strong>mostrarlo... iba a ser... mi<br />

exclusiva.<br />

Bertolucci cerró sus párpados hinchados, y su respiración se hizo aún más<br />

débil mientras sus <strong>de</strong>dos se separaban sin fuerza ya <strong>de</strong> su brazo, y ella sintió<br />

una oleada <strong>de</strong> compasión sin po<strong>de</strong>r evitarlo. El pobre idiota: su gran secreto era<br />

que Umbrella estaba realizando investigaciones sobre armas biológicas y que<br />

Irons lo estaba encubriendo. Habría sido todo un bombazo periodístico, pero, al<br />

parecer, ni siquiera había podido conseguir pruebas sobre ello.<br />

No sabe ni una mierda sobre el virus-G, nunca lo ha sabido... y va a morir <strong>de</strong> todas<br />

maneras. Eso sí que es una putada.<br />

—Jesús —dijo León en voz baja—. El jefe Irons...<br />

Ada se había olvidado <strong>de</strong> lo fuera <strong>de</strong> onda que estaba el joven policía. Era<br />

obvio que se trataba <strong>de</strong> un novato, tanto en el trabajo como en Raccoon City,<br />

pero un par <strong>de</strong> veces le había parecido tan perceptivo que la había sorprendido.<br />

Lo que también estaba claro era que el chaval no era un simple caso <strong>de</strong><br />

testosterona, sino que tenía en buen funcionamiento la parte <strong>de</strong> la azotea.<br />

Ya vale. No es mucho más joven que tú. El periodista está a punto <strong>de</strong> estirar la<br />

pata y tienes que ponerte en camino, no preocuparte por el agente Don Simpático...<br />

Bertolucci se estremeció espasmódicamente <strong>de</strong> improviso, y sus manos<br />

agarraron su pecho mientras gemía, con un sonido agudo y lastimero <strong>de</strong><br />

agonía. Arqueó la espalda y sus <strong>de</strong>dos se curvaron como garras... y el gemido<br />

adquirió un tono líquido cuando la sangre comenzó a salir <strong>de</strong> su boca como un<br />

grotesco surtidor. Los miembros <strong>de</strong> Bertolucci comenzaron a agitarse mientras<br />

se ahogaba y se estremecía al mismo tiempo, con todo el cuerpo<br />

convulsionándose a la vez que sus toses esparcían gotas rojas por el aire...

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