RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
habitación para encontrar la salida, <strong>de</strong>scubriendo una y otra vez nuevas<br />
atrocida<strong>de</strong>s llevadas a cabo por Umbrella antes <strong>de</strong> que todo se fuera al garete.<br />
Estaba cansado y dolorido, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> preocupado por Ada... y, mientras se<br />
dirigía hacia la puerta <strong>de</strong> salida, <strong>de</strong>cidió que <strong>de</strong>bía volver para ver cómo estaba<br />
y hablar con ella. Quería tranquilizarla, <strong>de</strong>cirle que encontraría la salida, pero<br />
que el puñetero lugar era enorme. Si al menos ella recordara la dirección<br />
general don<strong>de</strong> se encontraba la salida, o quizás incluso el número <strong>de</strong> la planta o<br />
piso.<br />
León abrió la puerta, entró en el pasillo... y entonces vio, justo <strong>de</strong>lante <strong>de</strong><br />
él, una mujer con una pistola en la mano, una nueve milímetros con la que le<br />
apuntaba directamente al pecho. <strong>La</strong> <strong>de</strong>sconocida estaba sangrando. Unos<br />
débiles regueros <strong>de</strong> sangre bajaban lentamente por su sucia bata <strong>de</strong><br />
laboratorio... y por la expresión <strong>de</strong> su cara, por la extraña mirada que vio en sus<br />
ojos vidriosos, se dio cuenta inmediatamente que estaba drogada hasta las cejas<br />
con alguna sustancia, y que realizar cualquier movimiento brusco sería una i<strong>de</strong>a<br />
realmente mala.<br />
Jesús, ¿qué es esto?<br />
—Tú asesinaste a mi marido —le dijo—. Tú y tu compañera, y también la<br />
joven. Todos vosotros, todos queríais bailar en su tumba, ¡pero yo tengo algo<br />
que <strong>de</strong>ciros!<br />
Tenía un subidón tremendo. Podía notarlo en el temblor agudo <strong>de</strong> su voz<br />
y en el modo que a veces su piel se tensaba y temblaba en su cara. León<br />
mantuvo las manos a lo largo <strong>de</strong> sus costados y habló con voz baja y tranquila.<br />
—Señora, soy agente <strong>de</strong> policía, y estoy aquí para ayudarla, ¿<strong>de</strong> acuerdo?<br />
No quiero hacerle daño, sólo...<br />
<strong>La</strong> mujer metió su ensangrentada mano en uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> bolsil<strong>los</strong> <strong>de</strong> su bata y<br />
sacó algo que sostuvo en alto. Se trataba <strong>de</strong> un tubo <strong>de</strong> cristal lleno <strong>de</strong> un<br />
extraño fluido púrpura. Sonrió con salvajismo y lo sostuvo aún más alto, por<br />
encima <strong>de</strong> su cabeza, pero sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> apuntarle al pecho.<br />
—¡Aquí está! Esto es lo que queréis, ¿verdad? Escúchame. ¿Me escuchas<br />
atentamente? ¡No es vuestro! ¿Entien<strong>de</strong>s lo que te digo? ¡No es vuestro! Fue<br />
William quien lo creó y yo lo ayudé, ¡así que no os pertenece!<br />
León asintió con lentitud, y luego habló con tranquilidad.<br />
—Tiene razón, no me pertenece. Es suyo, completamente su...<br />
<strong>La</strong> mujer ni siquiera lo oía.<br />
—Creéis que podéis llegar y tomarlo, pero yo os <strong>de</strong>tendré. Impediré que os<br />
lo llevéis. Todavía queda mucho tiempo, tiempo <strong>de</strong> sobra para matarte, para<br />
matar a Ada, ¡y a cualquier otra persona que intente llevárselo!<br />
Ada...<br />
—¿Qué sabe acerca <strong>de</strong> Ada? —dijo León con voz agitada al mismo tiempo<br />
que daba medio paso hacia la enloquecida mujer. Ya no se sentía tan<br />
tranquilo—. ¿Le ha hecho daño? ¿Dígamelo?<br />
<strong>La</strong> mujer se echó a reír, con unas carcajadas completamente carentes <strong>de</strong><br />
humor y repletas <strong>de</strong> locura.<br />
—¡Fueron <strong>los</strong> <strong>de</strong> Umbrella <strong>los</strong> que la enviaron aquí, idiota! ¡<strong>La</strong> propia Ada<br />
Wong en persona, la señorita «Los amo y <strong>los</strong> abandono». Sedujo a John para