RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
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Claire se puso en pie en menos <strong>de</strong> un segundo, sin hacer caso <strong>de</strong>l<br />
chasquido húmedo <strong>de</strong> la sangre en el interior <strong>de</strong> su bota y el dolor que lo había<br />
causado. Su mirada recorrió la pasarela don<strong>de</strong> había estado su salvadora. Allí<br />
no había nadie, y no sabía si ya había pasado otro minuto. No había podido oír<br />
el aviso <strong>de</strong> <strong>los</strong> altavoces <strong>de</strong>bido al rugido <strong>de</strong> la ametralladora.<br />
—¡Eh! —gritó Claire, retrocediendo hacia el vagón <strong>de</strong>l tren—. ¡Tenemos<br />
que irnos ahora mismo!<br />
No obtuvo respuesta, ningún sonido excepto el zumbido en sus oídos y el<br />
eco <strong>de</strong> sus temblorosas palabras. Si quería salvar a Sherry...<br />
Claire se dio la vuelta y echó a correr.<br />
«... quedan dos minutos para la...»<br />
León se obligó a sí mismo a correr más <strong>de</strong>prisa. <strong>La</strong>s pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l sinuoso<br />
túnel se convirtieron en un borrón gris que pasaba al lado <strong>de</strong> su dolorida<br />
percepción. Hacía tiempo que había perdido la cuenta <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> giros y <strong>de</strong><br />
todas las esquinas <strong>de</strong>l corredor, y también perdía rápidamente la esperanza.<br />
Una pequeña voz en un rincón <strong>de</strong> su mente le <strong>de</strong>cía que quizá lo mejor sería<br />
que se <strong>de</strong>tuviera, que se sentara y que se quedara <strong>de</strong>scansando...<br />
En ese momento lo oyó, un ruido que <strong>de</strong>strozó el pequeño susurro<br />
<strong>de</strong>sesperado <strong>de</strong> su mente.<br />
Era el ruido <strong>de</strong> maquinaria pesada poniéndose en movimiento en algún<br />
lugar por <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> él.<br />
¡Un tren!<br />
Más rápido. Sintió las piernas como algo lejano y gomoso. Los pulmones le<br />
ardían y sentía que el corazón se le iba a salir <strong>de</strong>l pecho. De un modo u otro,<br />
aquello estaba a punto <strong>de</strong> terminar.