RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
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pálidas mejillas aparecieron unas fuertes manchas <strong>de</strong> rubor y sus ojos<br />
comenzaron a brillar por la paranoia. Prepárate...<br />
—No lo tendrás —gritó Annette lanzando un pequeño chorro <strong>de</strong> saliva<br />
que salió <strong>de</strong> entre sus agrietados labios—. Dio su vida para impedir que lo<br />
consiguieseis. Eres una espía <strong>de</strong> el<strong>los</strong> y no lo tendrás...<br />
Ada se agachó y, acto seguido, lanzó todo su cuerpo hacia ella, con <strong>los</strong><br />
brazos por <strong>de</strong>lante para poner<strong>los</strong> por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>de</strong> Annette y así alejar el<br />
cañón <strong>de</strong> la pistola. El arma se disparó y envió un proyectil hacia arriba, don<strong>de</strong><br />
rebotó contra el techo metálico mientras las dos luchaban para apo<strong>de</strong>rarse por<br />
completo <strong>de</strong> la Browning. Annette era más débil físicamente, pero tenía la<br />
<strong>de</strong>sesperación que le proporcionaban el odio y la pérdida que sentía, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />
la locura, que le proporcionaba una fuerza bruta tremenda. Pero no piensa...<br />
Ada soltó <strong>de</strong> repente el arma y Annette trastabilló, <strong>de</strong>sequilibrada y<br />
sorprendida por la ausencia <strong>de</strong> fuerza en aquel lado. Cayó con fuerza sobre la<br />
barandilla <strong>de</strong>l puente, y Ada se lanzó contra ella, dándole un codazo en el<br />
estómago, justo por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> su centro <strong>de</strong> gravedad...<br />
Y Annette se dio media vuelta en una extraña contorsión, con la boca<br />
abierta por la sorpresa y agitando <strong>los</strong> brazos para recuperar el equilibrio... y<br />
finalmente cayó por encima <strong>de</strong> la barandilla, en silencio y sin soltar ni un solo<br />
grito o sonido hasta que su cuerpo impactó contra el suelo, a unos quince<br />
metros <strong>de</strong> distancia, con un golpe sordo.<br />
—Mierda —dijo Ada con un susurro.<br />
Dio un paso y se asomó por la barandilla. Allí estaba, boca abajo e inmóvil,<br />
con la pistola todavía empuñada en una pequeña mano blanca.<br />
Esto es estupendo. Me meto <strong>de</strong> lleno en una emboscada, no una sino dos veces, por<br />
todos <strong>los</strong> <strong>de</strong>monios, y luego voy y mato a la loca que es la única que sabe dón<strong>de</strong> pue<strong>de</strong>n<br />
estar las muestras...<br />
Un ligero gemido surgió <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> Annette Birkin... y un instante<br />
<strong>de</strong>spués, empezó a moverse, arqueando la espalda en un intento por darse la<br />
vuelta.<br />
Mierda. Mierda. Mierda.<br />
Ada se dio la vuelta y comenzó a correr por el puente, recogiendo <strong>de</strong>l<br />
suelo su Beretta sin <strong>de</strong>tenerse, mientras se apresuraba a acercarse a lo que<br />
parecía ser un panel <strong>de</strong> control situado al lado <strong>de</strong> la escalera que llevaba al<br />
conducto <strong>de</strong>l ventilador. Tenía que bajar el puente, tenía que llegar hasta la<br />
doctora Birkin antes <strong>de</strong> que se alejara arrastrando...<br />
Pero el panel era para poner en marcha el ventilador. Oyó otro gemido, un<br />
gemido que sonó un poco más fuerte que el anterior y que resonó por toda la<br />
estancia. Ada sabía que no le quedaba mucho tiempo.<br />
El verte<strong>de</strong>ro. Puedo pasar a través <strong>de</strong>l verte<strong>de</strong>ro y regresar por uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> túneles<br />
secundarios...<br />
Comenzó a correr <strong>de</strong> nuevo, incluso mientras todavía lo estaba pensando,<br />
en dirección a la escalerilla occi<strong>de</strong>ntal, con la esperanza <strong>de</strong> que la penosa<br />
científica estuviese suficientemente herida para no po<strong>de</strong>r moverse en un minuto<br />
o dos. Vio una pequeña balaustrada al final <strong>de</strong>l puente y que daba al verte<strong>de</strong>ro,<br />
y la escalerilla <strong>de</strong> metal que colgaba <strong>de</strong> una abertura en el extremo <strong>de</strong>recha.