RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Se dio la vuelta y bajó la vista para contemplar <strong>los</strong> restos <strong>de</strong>strozados <strong>de</strong>l<br />
jefe <strong>de</strong> policía. Había sido un modo terrible <strong>de</strong> morir, pero no logró sentirse<br />
triste. Irons había estado dispuesto a violarla y a torturarla, se había reído<br />
cuando ella le había suplicado por su vida, y ahora era él quien estaba muerto.<br />
No se alegraba por ello, pero tampoco iba a <strong>de</strong>rramar una lágrima por lo<br />
ocurrido. Su único sentimiento al respecto era que <strong>de</strong>bía tapar lo que quedaba<br />
<strong>de</strong> él antes <strong>de</strong> ir en busca <strong>de</strong> Sherry y bajar <strong>de</strong> nuevo. <strong>La</strong> chica ya había visto<br />
suficiente violencia para toda una vida.<br />
Tú y yo, las dos, chiquilla —pensó Claire con cansancio, y comenzó a mirar a<br />
su alre<strong>de</strong>dor en busca <strong>de</strong> alguna tela suficientemente gran<strong>de</strong> para cubrir el<br />
cadáver <strong>de</strong>l jefe Irons.<br />
León la alcanzó en el frío pasillo <strong>de</strong> estilo industrial que llevaba a la<br />
entrada <strong>de</strong> las alcantarillas, a unos cuantos pasos <strong>de</strong>l subsótano inundado. Ada<br />
había echado a correr para a<strong>de</strong>lantarse a él y po<strong>de</strong>r colocar las llaves que les<br />
permitirían acce<strong>de</strong>r a las alcantarillas. No quería tener que explicarle cómo las<br />
había conseguido. Apenas le había dado tiempo a arrojarlas a un cuarto <strong>de</strong><br />
cal<strong>de</strong>ras antes <strong>de</strong> que las botas <strong>de</strong>l policía resonaran en <strong>los</strong> peldaños metálicos a<br />
su espalda.<br />
Al menos, no tengo que fingir que tengo que recuperar el aliento…<br />
Ada se dio cuenta por su expresión que tenía que suavizar la situación, así<br />
que comenzó a hablar en el mismo instante que él entró en el sombrío pasillo.<br />
—Siento haber echado a correr —se disculpó mientras le sonreía con<br />
nerviosismo—. Es que odio las arañas.<br />
León frunció el entrecejo y la miró fijamente. Al ver la mirada <strong>de</strong> sus ojos<br />
azules, Ada se dio cuenta <strong>de</strong> que tendría que hacerlo mucho mejor, que tendría<br />
que esforzarse mucho más. Dio un paso hacia él para acercarse un poco, no lo<br />
bastante como para invadir su espacio personal, pero sí lo suficiente para que él<br />
sintiera el calor <strong>de</strong> su cuerpo. Mantuvo el contacto visual e inclinó un poco la<br />
cabeza hacia atrás para resaltar la diferencia <strong>de</strong> altura entre el<strong>los</strong> dos. Era un<br />
pequeño <strong>de</strong>talle, pero en su experiencia profesional, <strong>los</strong> hombres por lo general<br />
respondían <strong>de</strong> forma a<strong>de</strong>cuada a <strong>los</strong> pequeños <strong>de</strong>talles.<br />
—Supongo que tengo mucha prisa por salir <strong>de</strong> aquí —dijo en voz baja, y<br />
<strong>de</strong>jó <strong>de</strong> sonreír—. Espero no haberte preocupado.<br />
Él bajó la mirada, pero no antes <strong>de</strong> que ella advirtiera un <strong>de</strong>stello <strong>de</strong><br />
interés. Estaba confundido y algo aturdido, pero, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, estaba interesado<br />
en ella, por lo que se sorprendió mucho más cuándo León dio un paso atrás<br />
para alejarse.<br />
—Bueno, pues sí, has hecho que me preocupe. No vuelvas a hacerlo,<br />
¿entendido? Pue<strong>de</strong> que no sea un gran policía, pero al menos lo estoy<br />
intentando... y sólo Dios sabe con qué nos po<strong>de</strong>mos topar aquí abajo. —<strong>La</strong> miró<br />
<strong>de</strong> nuevo a <strong>los</strong> ojos, y siguió hablando en voz baja—: Vine contigo sólo porque<br />
quiero ayudarte, quiero hacer mi trabajo, y no puedo hacerlo si sigues<br />
lanzándote a la carga <strong>de</strong> ese modo. A<strong>de</strong>más —dijo con una leve sonrisa—, si<br />
sales corriendo, ¿quién va a ayudarme a mí?