RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
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Extendida sobre la mesa, como un personaje sacado <strong>de</strong> una novela <strong>de</strong><br />
terror gótico, vio a una mujer joven y bella con un largo vestido blanco, que<br />
tenía las tripas hechas jirones sangrientos. El cadáver estaba colocado corno si<br />
fuera una pieza <strong>de</strong> <strong>de</strong>coración central, con <strong>los</strong> <strong>muertos</strong> ojos <strong>de</strong> cristal <strong>de</strong> las<br />
polvorientas cabezas <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales fijos en ella. Vio un halcón y lo que le<br />
pareció un águila, con sus alas colocadas <strong>de</strong> un modo que imitaba el vuelo,<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> un par <strong>de</strong> cabezas <strong>de</strong> ciervo con sus correspondientes ma<strong>de</strong>ras y la<br />
cabeza <strong>de</strong> un alce, con su característico morro. El efecto era tan inquietante y<br />
surrealista que Claire se quedó sin respiración por un momento...<br />
Y cuando la silla <strong>de</strong> respaldo alto <strong>de</strong> <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la mesa se dio la vuelta <strong>de</strong><br />
repente, apenas pudo contener un respingo y un grito <strong>de</strong> terror supersticioso,<br />
esperando ver una imagen <strong>de</strong> la Muerte con sus sonrientes dientes. Sólo era un<br />
hombre... pero era un hombre con una pistola, y la estaba apuntando con ella.<br />
Ninguno <strong>de</strong> <strong>los</strong> dos se movió durante un segundo... y entonces el hombre<br />
bajó el arma y en su porcino rostro apareció una media sonrisa enfermiza.<br />
—Lo siento muchísimo —dijo con un tono <strong>de</strong> voz tan falso y melifluo<br />
como el <strong>de</strong> un mal político—. Pensé que era otro <strong>de</strong> esos zombis.<br />
Se pasó un grueso <strong>de</strong>do por su erizado bigote mientras hablaba y, aunque<br />
Claire nunca lo había visto antes, supo inmediatamente <strong>de</strong> quién se trataba.<br />
Chris había <strong>de</strong>spotricado <strong>de</strong> él muy a menudo.<br />
Gordo, con bigote, y tan falso como un ven<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> reliquias <strong>de</strong> santos: es<br />
el jefe <strong>de</strong> policía, Irons.<br />
No tenía buen aspecto: sus mejillas estaban completamente enrojecidas, y<br />
unas manchas blancas ro<strong>de</strong>aban sus ojos porcinos. <strong>La</strong> forma en que su mirada<br />
se posaba aquí y allá por toda la habitación era bastante inquietante. Parecía<br />
encontrase bajo <strong>los</strong> efectos <strong>de</strong> una tremenda paranoia. De hecho, parecía estar<br />
<strong>de</strong>sequilibrado, como si no estuviese en contacto en absoluto con la realidad.<br />
—¿Es usted el jefe <strong>de</strong> policía Irons? —le preguntó Claire. Intentó que el<br />
tono <strong>de</strong> su voz sonase lo más respetuoso posible mientras se acercaba a la mesa.<br />
—Sí, soy yo —repuso con un tono suave y tranquilo—. ¿Y quién es usted?<br />
Sin embargo, antes <strong>de</strong> que pudiera contestar, Irons continuó hablando, y lo<br />
que dijo a continuación, lo mismo que el tono petulante en el que lo dijo,<br />
confirmó las sospechas <strong>de</strong> Claire.<br />
—No, no me lo diga. No tiene importancia. Acabará como todos <strong>los</strong><br />
<strong>de</strong>más...<br />
Dejó el resto <strong>de</strong> la frase en el aire y se quedó mirando a la joven muerta<br />
que estaba <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> él con alguna clase <strong>de</strong> emoción que Claire no pudo<br />
precisar. Sintió lástima por él, a pesar <strong>de</strong> todo lo que Chris le había contado<br />
acerca <strong>de</strong> él, sobre su personalidad corrupta y su absoluta falta <strong>de</strong><br />
profesionalidad. Sólo Dios sabía <strong>los</strong> horrores que había presenciado o lo que<br />
había tenido que hacer para sobrevivir.<br />
¿Es tan extraño que tenga tantos problemas para aceptar la realidad? León y yo<br />
hemos aparecido en esta película <strong>de</strong> terror en la última parte. Irons lleva aquí <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
anuncios previos, y probablemente ha visto morir a sus amigos más cercanos.<br />
Bajó la vista hacia la joven tendida a lo largo <strong>de</strong> la mesa, y Irons habló <strong>de</strong><br />
nuevo, con una voz que sonó al mismo tiempo triste y pomposa.