RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
estaba cuidándola? Cuando todavía era una chiquilla, cuando él todavía solía ir<br />
a cenar a la casa <strong>de</strong> <strong>los</strong> Harris, ella lo llamaba así: el tío Brian.<br />
Lo sabe. Por supuesto que lo sabe.<br />
<strong>La</strong> llevó medio a rastras hasta el interior <strong>de</strong>l ascensor y luego la <strong>de</strong>jó<br />
apoyada en una esquina, mirando con ternura su angelical rostro. De repente se<br />
sintió inundado por un amor casi paternal hacia ella, y no se sorprendió al notar<br />
que tenía <strong>los</strong> ojos llenos <strong>de</strong> lágrimas, lágrimas <strong>de</strong> orgullo y afecto. Des<strong>de</strong> hacía<br />
varios días sufría aquel<strong>los</strong> súbitos accesos <strong>de</strong> emoción: rabia, terror, incluso<br />
alegría. Nunca había sido un hombre especialmente emotivo, sin embargo se<br />
había acostumbrado a aceptar aquel<strong>los</strong> intensos sentimientos, incluso a<br />
disfrutar<strong>los</strong>, en cierto modo. Por lo menos, no eran confusos. También había<br />
habido momentos en <strong>los</strong> que se había visto inundado por una extraña e<br />
inquietante confusión, una ansiedad sin forma ni sentido que lo había <strong>de</strong>jado<br />
profundamente intranquilo... y tan <strong>de</strong>sorientado como si fuera un niño pequeño<br />
y perdido.<br />
Se acabó todo eso. Ya nada pue<strong>de</strong> salir mal. Beverly está conmigo y, en cuanto<br />
recoja todas mis cosas, nos escon<strong>de</strong>remos a salvo en el Santuario y <strong>de</strong>scansaremos un<br />
poco. Necesitará tiempo para recuperarse y… y… yo puedo, yo puedo resolver la<br />
situación. Sí, eso es: la situación necesita ser resuelta.<br />
Parpa<strong>de</strong>ó y a continuación se libró <strong>de</strong> las lágrimas, ya casi olvidadas,<br />
cuando el metálico ascensor comenzó a subir. Luego <strong>de</strong>senfundó su arma y<br />
finalmente sacó el cargador para contar cuántas balas le quedaban. Sus<br />
estancias privadas eran totalmente seguras, pero el <strong>de</strong>spacho era otra cosa:<br />
quería estar preparado.<br />
El ascensor se <strong>de</strong>tuvo por fin y Irons abrió la puerta con una pierna antes<br />
<strong>de</strong> levantar a la chica, gruñendo por el esfuerzo. <strong>La</strong> cargó en brazos como<br />
hubiera llevado a una criatura dormida, con su fresco y suave cuerpo<br />
completamente relajado en sus manos, con la cabeza echada hacia atrás y<br />
balanceándose mientras él caminaba. <strong>La</strong> había levantado mal, y su vestido<br />
blanco se le había subido, <strong>de</strong>jando al <strong>de</strong>scubierto la blanca y sedosa piel <strong>de</strong> sus<br />
piernas. Irons se obligó a apartar la vista y se concentró en el panel <strong>de</strong> mandos<br />
que abrían la pared que daba a su <strong>de</strong>spacho. No importaba las inocentes<br />
fantasías que había tenido hasta el momento: ahora ella era su única y total<br />
responsabilidad. Él era su protector, su caballero andante...<br />
Logró apretar con fuerza el botón que sobresalía con una <strong>de</strong> las rodillas y<br />
entonces la pared se <strong>de</strong>slizó lentamente hacia un lado, <strong>de</strong>jando a la vista su<br />
<strong>de</strong>spacho, con una <strong>de</strong>coración tremendamente recargada... y también<br />
absolutamente vacío, afortunadamente. Los únicos ojos que lo miraron fueron<br />
<strong>los</strong> vidriosos globos <strong>de</strong> las cabezas <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales que había matado y colgado<br />
como trofeos. <strong>La</strong> enorme mesa <strong>de</strong> castaño que había importado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Italia se<br />
encontraba justo <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> él, y su resistencia estaba disminuyendo con<br />
tremenda rapi<strong>de</strong>z. Beverly era una muchacha pequeña, pero él ya no estaba tan<br />
en forma como antaño. Se apresuró a <strong>de</strong>jarla encima <strong>de</strong> la mesa, empujando y<br />
tirando una jarra llena <strong>de</strong> bolígrafos con el codo.<br />
—¡Ya está! —dijo con una profunda exhalación, y luego le sonrió.<br />
Ella no le respondió a la sonrisa, sin embargo él sintió que se <strong>de</strong>spertaría<br />
en poco tiempo, lo mismo que había ocurrido antes. Metió la mano <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la