RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
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León había recibido un balazo para salvarla.<br />
Ada se incorporó a trompicones y se inclinó sobre él.<br />
—¡León!<br />
Él levantó la vista hacia ella, con la mandíbula apretada por el dolor. <strong>La</strong><br />
sangre manaba a través <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> la mano que tenía apretada sobre la<br />
herida, en el hombro izquierdo.<br />
—Estoy... bien —logró <strong>de</strong>cir con un ja<strong>de</strong>o.<br />
Aunque su cara estaba pálida por completo y tenía <strong>los</strong> ojos enturbiados<br />
por el dolor, pensó que él tenía razón. Sin duda, le dolía muchísimo, pero no lo<br />
mataría, no <strong>de</strong>bería morir por una herida así.<br />
Me habría matado a mí. León me ha salvado la vida.<br />
Y justo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> aquella i<strong>de</strong>a...<br />
Annette Birkin. Todavía sigue viva.<br />
—Esa mujer... —dijo Ada con un barboteo, con el cuerpo azotado por un<br />
sentimiento <strong>de</strong> culpabilidad mientras se daba la vuelta—. Tengo que hablar con<br />
ella.<br />
Ada salió corriendo, dobló la esquina y recorrió a toda velocidad el pasillo,<br />
viendo que la puerta seguía abierta. León sobreviviría, estaría bien, y si lograba<br />
atrapar a Annette Birkin, toda aquella maldita pesadilla se acabaría. Había<br />
memorizado todas las fotografías <strong>de</strong> <strong>los</strong> informes: era la esposa <strong>de</strong> William<br />
Birkin y, si no llevaba encima una muestra <strong>de</strong>l virus-G, Ada estaba tan segura<br />
como que algún día habría <strong>de</strong> morir que sabía dón<strong>de</strong> podría encontrar una.<br />
Atravesó a la carrera la puerta y se <strong>de</strong>tuvo justo antes <strong>de</strong> caer en otro túnel<br />
lleno <strong>de</strong> agua. Se <strong>de</strong>tuvo el tiempo suficiente como para oír con <strong>de</strong>tenimiento y<br />
observar la superficie <strong>de</strong>l agua. No se oían sonidos <strong>de</strong> chapoteo y todavía<br />
quedaban unas cuantas olas lamiendo el bor<strong>de</strong> izquierdo... don<strong>de</strong> había una<br />
escalera atornillada a la pared, que llevaba hasta un hueco <strong>de</strong> ventilador...<br />
Que lleva a la sala <strong>de</strong> control.<br />
Ada se lanzó al agua y llegó hasta la escalerilla. Vio un pasillo a mitad <strong>de</strong>l<br />
túnel, pero llevaba a un callejón sin salida. Sin duda, Annette había preferido<br />
escapar.<br />
Trepó con rapi<strong>de</strong>z por <strong>los</strong> escalones <strong>de</strong> metal, negándose a pensar en León<br />
(¡porque está bien!), mientras asomaba la cabeza al llegar al hueco <strong>de</strong>l<br />
ventilador y comprobaba que el lugar estaba <strong>de</strong>spejado. Doña Doctora todavía<br />
estaría corriendo, pero Ada no estaba dispuesta a encontrase <strong>de</strong> bruces con otra<br />
bala.<br />
Entró en el conducto, lo atravesó, echó un rápido vistazo más allá <strong>de</strong> las<br />
inmóviles y enormes palas <strong>de</strong>l ventilador que había en el otro extremo y lo<br />
atravesó para bajar por otra escalerilla. <strong>La</strong> gigantesca estancia <strong>de</strong> dos pisos que<br />
albergaba la maquinaria para el tratamiento <strong>de</strong> las aguas residuales estaba<br />
completamente vacía, con un aspecto tan frío y tan industrial como ella se había<br />
esperado. En mitad <strong>de</strong>l lugar se alzaba un puente hidráulico que abarcaba a <strong>los</strong><br />
dos extremos <strong>de</strong>l lugar y que estaba elevado hasta el nivel don<strong>de</strong> ella se<br />
encontraba, lo que significaba que Annette <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> haber salido por medio <strong>de</strong><br />
la escalera occi<strong>de</strong>ntal, la única otra vía <strong>de</strong> salida. Ada comenzó a pasar las