RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>La</strong>s postas <strong>de</strong>l disparo le alcanzaron <strong>de</strong> lleno en el pecho, y un espeso<br />
chorro <strong>de</strong> sangre <strong>de</strong> color púrpura saltó <strong>de</strong> la herida, cortando inmediatamente<br />
el aullido <strong>de</strong> la criatura... pero fue lo único que logró. <strong>La</strong> nueva cabeza <strong>de</strong>l<br />
monstruo se giró hacia León, se inclinó hacia un lado... y la criatura bajó <strong>de</strong> un<br />
salto a la plataforma, aterrizando en una postura semiagachada sobre unas<br />
piernas que tenían el diámetro <strong>de</strong>l pecho <strong>de</strong> León. Le bastó un paso que casi<br />
pareció un salto para ponerse lo bastante cerca <strong>de</strong> León como para que éste<br />
pudiera oler el extraño hedor químico que emanaba <strong>de</strong> su reluciente piel... y<br />
para que pudiera ver que la herida <strong>de</strong>l pecho había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> sangrar, y que la<br />
piel ya estaba cubriendo <strong>los</strong> pequeños agujeros.<br />
<strong>La</strong> criatura alzó sus tremendas garras y León retrocedió trastabillando.<br />
Cargó con un chasquido <strong>de</strong> la corre<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l cañón otro proyectil en la recámara<br />
y disparó justo cuando la garra comenzó a bajar... ¡Sshhhiiink!<br />
Una lluvia <strong>de</strong> chispas salió <strong>de</strong>spedida <strong>de</strong> la barandilla metálica al mismo<br />
tiempo que las postas perforaban el estómago <strong>de</strong>l monstruo, provocando otro<br />
chorro <strong>de</strong> sangre púrpura proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> su cuerpo. El tremendo impacto <strong>de</strong>l<br />
po<strong>de</strong>roso cartucho disparado a quemarropa apenas <strong>de</strong>tuvo al enorme<br />
monstruo. Dio otro paso, y León volvió retroce<strong>de</strong>r mientras cargaba otro<br />
cartucho... y tropezó con <strong>los</strong> peldaños que llevaban hasta el cubículo <strong>de</strong><br />
transporte, tropezó y se cayó <strong>de</strong> culo. El disparo pasó por encima <strong>de</strong> la cabeza<br />
<strong>de</strong>l monstruo. Otro paso, y estaría encima <strong>de</strong> él... Muerto. Estoy...<br />
Pero no dio aquel paso. En lugar <strong>de</strong> eso, se giró hacia la barandilla e<br />
inclinó su extraña cabeza al mismo tiempo que las aletas <strong>de</strong> su rudimentaria<br />
nariz se agitaban...<br />
Y en silencio, <strong>de</strong> un modo casi grácil, saltó por encima <strong>de</strong>l bor<strong>de</strong> la<br />
plataforma, hacia la oscuridad que subía.<br />
León se quedó inmóvil durante unos instantes. No pudo moverse: estaba<br />
<strong>de</strong>masiado ocupado intentando compren<strong>de</strong>r que, al final, el monstruo no lo<br />
había matado. Había olido o sentido algo, y había <strong>de</strong>tenido su ataque, que sin<br />
duda habría sido letal e imparable... y simplemente había saltado por encima <strong>de</strong><br />
la barandilla <strong>de</strong>l transporte en marcha. No estoy muerto. Se ha ido y no estoy<br />
muerto. El porqué no lo sabía, y no tenía tiempo para intentar adivinarlo. Ya era<br />
suficiente aceptar el hecho <strong>de</strong> que estaba vivo. Poco <strong>de</strong>spués, quizás unos<br />
escasos segundos <strong>de</strong>spués, sus liados sentidos y su confusa mente le advirtieron<br />
<strong>de</strong> que el transporte estaba disminuyendo <strong>de</strong> velocidad, que el hueco por el que<br />
bajaban tenía más luz, y que la oscuridad ya no era tan negra, sino más bien<br />
grisácea.<br />
León se puso en pie con dificultad y se acercó para ver el estado <strong>de</strong> Ada.<br />
Sherry había oído el monstruo a lo lejos, en lo profundo <strong>de</strong>l gigantesco<br />
agujero, e incluso sintió más miedo <strong>de</strong>l que había sentido cuando el gigante (el<br />
Señor X lo había llamado Claire) había aparecido en la estación <strong>de</strong> tren. Claire le<br />
había dicho que probablemente no se trataba <strong>de</strong>l monstruo, sino más bien <strong>de</strong><br />
algún problema <strong>de</strong> la maquinaria, pero Sherry no quedó convencida. El sonido<br />
procedía <strong>de</strong> tan lejos que podría haber sido cualquier otra cosa...