RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
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El cocinero se tambaleó hacia a<strong>de</strong>lante, y sus ojos ciegos resplan<strong>de</strong>cieron<br />
con un brillo hambriento e insensible. Claire dio otro paso atrás y extendió una<br />
mano hacia su espalda. No tocó nada, sólo aire...<br />
Un instante <strong>de</strong>spués, tocó el frío metal <strong>de</strong>l tirador <strong>de</strong> la puerta. Una<br />
<strong>de</strong>scarga <strong>de</strong> adrenalina por la sensación <strong>de</strong> triunfo recorrió todo su cuerpo<br />
cuando se giró, agarró la puerta... y un momento <strong>de</strong>spués, gritó, una<br />
exclamación <strong>de</strong> horror y miedo. Había otras dos, no, tres <strong>de</strong> aquellas criaturas<br />
allí fuera, con su putrefacta carne pegada al cristal <strong>de</strong> la ventana frontal <strong>de</strong>l<br />
restaurante. Uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> seres sólo tenía un ojo: don<strong>de</strong> <strong>de</strong>bía estar el otro, sólo<br />
había un agujero supurante. Otra <strong>de</strong> las criaturas carecía <strong>de</strong> labio superior, y su<br />
rostro mostraba una constante y <strong>de</strong>sigual sonrisa macabra. Todos estaban<br />
golpeando el cristal con sus manos engarfiadas como garras, como animales<br />
feroces y torpes. Sus rostros grises estaban casi completamente cubiertos <strong>de</strong><br />
sangre... y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las sombras, al otro lado <strong>de</strong> la calle, otras oscuras siluetas<br />
salieron tambaleándose dirigiéndose hacia el restaurante.<br />
No puedo salir, estoy atrapada... ¡Dios, la puerta trasera! Con el rabillo <strong>de</strong>l ojo<br />
vio la reluciente luz ver<strong>de</strong> <strong>de</strong> la señal <strong>de</strong> salida <strong>de</strong> emergencia que brillaba<br />
como un faro en la oscuridad. Claire se giró <strong>de</strong> nuevo y apenas miró al cocinero<br />
que estaba a poco más <strong>de</strong> un metro <strong>de</strong> ella: tenía toda su atención concentrada<br />
en su única esperanza <strong>de</strong> huida.<br />
Echó a correr, y sus botas se convirtieron en un borrón <strong>de</strong> color al mismo<br />
tiempo que sus brazos se convertían en pistones para conseguir mayor<br />
velocidad. <strong>La</strong> puerta daba a un callejón trasero: iba darse <strong>de</strong> bruces contra ella a<br />
toda velocidad y, si estaba cerrada con llave, estaba jodida.<br />
Claire se estrelló contra la puerta, que se abrió <strong>de</strong> par en par, y luego<br />
contra la pared <strong>de</strong> ladrillo <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> lados <strong>de</strong>l callejón... y luego vio un arma<br />
que le apuntaba directamente a la cara. Era probablemente lo único que la<br />
habría <strong>de</strong>tenido en su carrera en ese momento: alguien con una pistola.<br />
Se <strong>de</strong>tuvo inmediatamente y levantó <strong>los</strong> brazos <strong>de</strong> forma instintiva, como<br />
para <strong>de</strong>tener un golpe.<br />
—¡Un momento! ¡No dispare!<br />
El tipo <strong>de</strong> la pistola no se movió, y el arma <strong>de</strong> aspecto letal continuó<br />
apuntando hacia su cabeza...<br />
Va a matarme...<br />
—¡Al suelo! —gritó el individuo, y Claire se <strong>de</strong>jó caer. Sus rodillas<br />
cedieron tanto por la or<strong>de</strong>n que le habían dado como por <strong>los</strong> fríos <strong>de</strong>dos que <strong>de</strong><br />
repente agarraron su hombro...<br />
¡Bam! ¡Bam!<br />
El hombre disparó, y Claire giró la cabeza para ver al cocinero muerto<br />
<strong>de</strong>splomarse hacia atrás justo a su espalda, con un enorme agujero en mitad <strong>de</strong><br />
la frente. Unos lentos goterones <strong>de</strong> sangre comenzaron a salir <strong>de</strong> la herida, y sus<br />
ojos blanquecinos quedaron cubiertos por una capa <strong>de</strong> color rojo. El cuerpo<br />
acabó <strong>de</strong> caer y se estremeció. Una, dos veces... y por fin <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> moverse.<br />
Claire se volvió para mirar al hombre que le había salvado la vida, y se dio<br />
cuenta por primera vez <strong>de</strong>l uniforme que llevaba puesto. Un policía. Era joven y<br />
alto... y tenía un aspecto casi tan aterrorizado como ella. Su labio superior