RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
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Capítulo 30<br />
¡Bam! Sherry sintió que el vagón se bamboleaba con fuerza.<br />
¡Corre!<br />
Corrió hacia la puerta, recordando que Claire le había dicho que no saliera,<br />
pero sin importarle. No sabía <strong>de</strong> qué se trataba, ni <strong>de</strong> qué forma ella podría<br />
ayudar, pero no iba a quedarse allí, con <strong>los</strong> brazos cruzados...<br />
¡Bam!<br />
Y la vagoneta se estremeció <strong>de</strong> nuevo con fuerza <strong>de</strong> arriba abajo, al mismo<br />
tiempo que el eco <strong>de</strong>l tremendo impacto resonaba a través <strong>de</strong>l aire rancio y<br />
estanco. Hasta el mismo suelo se estremeció bajo sus pies. Sherry extendió el<br />
brazo hasta la puerta y pulsó el botón <strong>de</strong> apertura. Su corazón le palpitaba a<br />
cien por hora, y el sudor le bajaba por el rostro en gran<strong>de</strong>s regueros,<br />
arrastrando la suciedad <strong>de</strong> su cara consigo.<br />
<strong>La</strong> puerta se abrió <strong>de</strong>slizándose hacia un lado... y allí estaba Claire,<br />
apuntando con su pistola contra algo que Sherry no pudo ver y que estaba en la<br />
parte trasera <strong>de</strong>l tren.<br />
<strong>La</strong> mirada <strong>de</strong> Claire se posó un momento en ella, y las temblorosas<br />
palabras que le gritó estaban llenas <strong>de</strong> miedo y pánico.<br />
—¡No salgas! ¡Cierra la puerta!<br />
Sherry estiró el brazo <strong>de</strong> nuevo hacia el mando <strong>de</strong> cierre y <strong>de</strong> apertura,<br />
pero dudó por un momento, aterrorizada por lo que pudiera pasarle a Claire,<br />
<strong>de</strong>seando ver qué era...<br />
Una mirada rápida...<br />
Sacó la cabeza velozmente, un segundo, buscando con la vista la causa <strong>de</strong>l<br />
pánico <strong>de</strong> Claire, que estaba golpeando <strong>de</strong> esa manera el vagón <strong>de</strong>l tren. Un<br />
olor parecido al <strong>de</strong> la carne quemada y a productos químicos inundaba el<br />
andén escasamente iluminado, un olor proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>...<br />
Sherry gritó en cuanto lo vio, cuando vio el achicharrado monstruo que<br />
estaba provocando las sacudidas <strong>de</strong>l tranvía, justo <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> una pared <strong>de</strong><br />
barras metálicas. Vio su gigantesco puño machacar la pared metálica <strong>de</strong>l vagón,<br />
pero <strong>de</strong> don<strong>de</strong> no pudo apartar la vista fue <strong>de</strong> la cara <strong>de</strong>l monstruo.<br />
El Señor X.<br />
Su piel se había quemado por completo y había <strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong> todo su<br />
cuerpo. Unas cuantas volutas <strong>de</strong> humo todavía se <strong>de</strong>sprendían <strong>de</strong> su cráneo con<br />
aspecto <strong>de</strong> caramelo <strong>de</strong>rretido, pero <strong>los</strong> ojos seguían allí: rojos y negros,<br />
lanzando un humo acre, pero repletos <strong>de</strong> vida.<br />
—¡Sherry! ¡Hazlo ahora mismo! —le gritó Claire sin apartar ni un instante<br />
su mirada <strong>de</strong>l humeante monstruo, <strong>de</strong> su terrible y gigantesco cuerpo cubierto<br />
por múscu<strong>los</strong> rojos y metálicos, tan quemados y rojos como sus impresionantes<br />
y <strong>de</strong>sagradables ojos.<br />
Sherry pulsó el botón, y la puerta se cerró justo cuando Claire comenzó a<br />
disparar.