RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Entonces Ada vio que florecía una gran mancha roja en su pecho, que se<br />
extendió por toda su arrugada camisa bajo sus frenéticas manos, y en ese<br />
mismo instante también oyó el húmedo chasquido <strong>de</strong> <strong>los</strong> huesos al partirse. Se<br />
levantó <strong>de</strong> un salto hacia atrás mientras León sostenía las manos <strong>de</strong>l reportero,<br />
sin saber qué era lo que ocurría con exactitud, pero absolutamente convencida<br />
<strong>de</strong> que aquello no era un simple ataque al corazón.<br />
¡Dios Santo! ¿Qué es eso?<br />
Bertolucci se quedó inmóvil <strong>de</strong> repente; sus ojos se le dieron vuelta y se<br />
quedaron en blanco, sin ver ya nada más. <strong>La</strong> sangre siguió saliendo por sus<br />
labios agrietados y Ada siguió oyendo aquel ruido, el horrible ruido <strong>de</strong> la carne<br />
al ser <strong>de</strong>sgarrada, y un instante <strong>de</strong>spués vio que algo se movía bajo la húmeda<br />
tela <strong>de</strong> la camisa.<br />
—¡Retroce<strong>de</strong>! —le gritó Ada a León mientras apuntaba con su Beretta al<br />
pecho <strong>de</strong>l periodista muerto.<br />
En la fracción <strong>de</strong> segundo que tardó en apuntar, una cosa surgió <strong>de</strong>l<br />
ensangrentado pecho <strong>de</strong> Bertolucci. Una cosa <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong>l puño <strong>de</strong> un<br />
hombre, algo completamente cubierto <strong>de</strong> pedazos <strong>de</strong> carne que abrió una boca<br />
que no era más que pequeño agujero, pero repleto <strong>de</strong> agudos dientes cubiertos<br />
<strong>de</strong> rojo, algo que lanzó un agudo aullido. <strong>La</strong> criatura se contoneó para salir <strong>de</strong>l<br />
agujero que ella misma se había abierto, salpicando todo el frío cemento <strong>de</strong><br />
alre<strong>de</strong>dor con trozos <strong>de</strong> carne y restos húmedos <strong>de</strong> tejido.<br />
Salió <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong>l periodista con un chorro <strong>de</strong> sangre y, con un último<br />
empujón, cayó al suelo... y salió disparada hacia la puerta abierta que daba a la<br />
salida, impulsándose con su cola serpenteante y unas patas que Ada no llegó a<br />
ver, <strong>de</strong>jando un rastro ensangrentado a su paso.<br />
Salió por la puerta antes <strong>de</strong> que Ada se acordara <strong>de</strong> que estaba<br />
empuñando una pistola. Por primera vez <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que había llegado a Raccoon<br />
City, por primera vez en toda su vida, se había sentido tan sorprendida que no<br />
había pensado en reaccionar.<br />
Una criatura parasitaria que se alojaba en el pecho y luego lo <strong>de</strong>sgarraba<br />
para salir, como sacada <strong>de</strong> una película <strong>de</strong> ciencia-ficción...<br />
—Eso era... ¿Has visto...? —logró articular León.<br />
—Lo he visto —dijo Ada en voz baja, interrumpiéndolo.<br />
Se giró, bajó la vista y miró la cara <strong>de</strong> Bertolucci, inmovilizada para<br />
siempre en una angustiosa contorsión <strong>de</strong> dolor, y luego al agujero <strong>de</strong>l pecho <strong>de</strong>l<br />
que todavía rezumaba sangre, justo <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l esternón.<br />
Su boca, agrietada por las comisuras...<br />
Algo le había implantado la criatura. No sabía qué era y no quería saberlo.<br />
Lo que quería era terminar cuanto antes su trabajo y luego alejarse todo lo<br />
posible <strong>de</strong> Raccoon City. De hecho, pensó que jamás había querido algo tanto<br />
como aquello último. Cuando se había dado cuenta por primera vez <strong>de</strong> que se<br />
había producido un escape <strong>de</strong>l virus-T, había esperado tener que enfrentarse a<br />
unos cuantos organismos bastante <strong>de</strong>sagradables, pero la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que uno <strong>de</strong><br />
aquel<strong>los</strong> seres fuera introducido o se metiera a la fuerza por su garganta,<br />
anidara en su cuerpo como un feto aberrante antes <strong>de</strong> abrirse paso a mordiscos